Hace un par de días aprendí una palabra nueva en inglés que no deja de rebotar en mi cabeza desde entonces: Procrastination (procrastineision), o el arte de dejar para luego lo que deberías hacer ahora. La palabra en sí no es que sea la más armónica del diccionario, de hecho suena un poco sórdida, incluso. Pero me encanta el hecho de que exista una palabra para un concepto amplio que habitualmente conlleva un montón de explicaciones.
Pongamos, por ejemplo, que tienes que escribir una reclamación, lo cual, obviamente, no te apetece nada porque escribir reclamaciones es una de las cosas más aburridas del mundo mundial. Entonces comienzas a hacer otras cosas que deberías haber hecho en otro momento, pero no en ese y alguien te pregunta ¿qué haces? y tú, en español, le dices: pues mira, es que tengo que escribir una reclamación para ese asunto que te comenté, pero me he dado cuenta de que no tengo quitaesmaltes así que tuve que bajar a comprar al supermercado y cuando volví, al ir a colocarlo en el baño, me di cuenta de que tengo el cajón echo unos zorros y me puse a recogerlo. ¿Te has dado cuenta, alguna vez, de la cantidad de medicamentos que se caducan? O sea, que andabas perdiendo el tiempo en vez de escribir el recurso. Hombre, perdiendo el tiempo no, que no te creas que no es importante mantener el cajón de las medicinas actualizado, que luego pasa algo y te tomas algo caducado y vete a saber tú, igual te sale un tercer ojo o algo peor.
Mismo escenario, esta vez en inglés: What are you doing? Procrastinating. Y ya. No hace falta más. Todo el mundo sabe que estás buscando excusas para no hacer algo que tienes que hacer.
Yo hago mucho eso de procrastinate. De hecho este es uno de esos momentos. De hecho el otro día escribí sobre este tema sin saber que estaba escribiendo sobre este tema. Sólo sabía que cuando tengo que estudiar se me ocurren miles de cosas que tengo que hacer justo en ese momento. Se suele asociar la procrastination con la vagancia, pero yo no estoy de acuerdo. Yo hago miles de cosas, y muchas de ellas muy importantes, cuando estoy procrastinating. Lo único es que las hago a destiempo. Ahora que lo pienso, puede que la culpa no sea mía, sino de las responsabilidades que no se adaptan a mi ritmo de vida. Sí, será eso.
Bueno, el caso es que andaba yo buscando el significado de la palabra en cuestión cuando me encontré un vídeo. Es un trailer de un libro. Lo que me parece muy buena idea, porque la publicidad de los libros suele ser 1) inexistente 2) minoritaria 3) aburrida. Y claro, a no ser que seas un lector empedernido, que entonces no necesitas ningún tipo de estímulo para leer, pues es difícil que decidas que qué demonios, que te encantó el soporífero anuncio donde aparece el careto del escritor/a y la portada, pero en el que cuentan poco del contenido, y que como parece que el libro tiene buena pinta, a pesar de que tú nunca lees has decidido que te vas a comprar el libro.
El libro en cuestión se llama You are not so smart o en su versión española No eres tan listo (supongo que la frase acaba en como tú te piensas) y habla, precisamente, sobre la procrastination. El trailer, que dura tres minutos y medio está en inglés y aunque el tipo habla bien clarito, en ocasiones mete la sexta y es difícil seguirle el ritmo (y no digamos ya el de las letras). Para los que aprender inglés es su propósito de los últimos veinte nuevos años he dejado la traducción abajo, porque aunque parezcan obviedades, a mí me ha hecho pensar. Lo que nunca está mal. Y porque los vídeos molan más cuando uno los entiende.
Procrastination. Se manifiesta en cada aspecto de tu vida. Esperas hasta el último minuto para comprar los regalos de Navidad. Aplazas ir al dentista o a hacerte la revisión al médico. Hay un montón de platos amontonándose en la cocina. Quizás es más probable que juegues a Angry Birds antes de hacer abdominales. Puede que tengas que entregar una petición de subvención, o una tesis, o una presentación o un libro...
Lo evitarás. Lo empezarás mañana. Te tomarás tiempo para aprender un idioma o a tocar un instrumento. Sin embargo, antes de hacer eso, quizás debas mirar tu e-mail y también tu facebook, sólo para quitártelo de en medio. Puedes intentar luchar contra ello. Puedes comprar una agenda o usar esa aplicación de tu teléfono. Pero esas herramientas, por si mismas, no ayudan, porque el problema no es que seas un mal administrador de tu tiempo, es que eres un mal estratega y hay una guerra dentro de tu cabeza.
En psicología esto se llama Tendencia hacia el presente, que significa ser incapaz de alcanzar lo que quieres: cambios antes que tiempo. Lo que quieres ahora no es lo mismo que lo que querrás más adelante. La Tendencia hacia el presente explica porque compras lechugas y plátanos sólo para tirarlas después, cuando te olvidas de comerlas. La Tendencia hacia el presente es por qué haces el mismo propósito durante diez años seguidos, pero esta vez, lo dices en serio.
Pensar acerca de pensar. Esa es la clave. En la lucha entre el debería contra el quiero algunas personas han descubierto algo crucial: el querer nunca se va.
Procrastination es escoger el querer sobre el deber, porque no tienes un plan para esas veces en las que tienes tentaciones. Debes ser experto en pensar acerca de pensar para vencerte a ti mismo en la procrastination. Debes darte cuenta de que hay un tú, que se sienta ahí ahora, leyendo esto, y hay un tú, en algún momento del futuro, que estará influenciado por diferentes ideas y deseos.
Estás en una posición diferente cuando un patrón alternativo de funciones cerebrales esté disponible para dibujar la realidad. El tú del presente puede ver el coste y recompensa cuando eliges estudiar para un examen en vez de ir a un bar, comer una ensalada en vez de un pastel, escribir el artículo en vez de jugar a los videojuegos. El truco es aceptar que el tú del presente no será la persona que tenga que enfrentar esas elecciones, será el tú futuro. Una persona en la que no se puede confiar. El tú del futuro se dará por vencido y entonces volverás a ser el tú del presente. Y te sentirás débil y avergonzado. El tú del presente debe engañar al tú del futuro en relación a lo que está bien para ambas partes.
Hay personas introspectivas inteligentes, que piensan acerca de pensar, acerca de los estados de la mente, acerca de expectativas y entornos, que pueden hacer las cosas, no porque tengan más fuerza de voluntad, más energía. Sino porque saben que la productividad es como el juego del gato y el ratón contra la infantil y fundamental predilección humana por el placer y la novedad, que nunca puede ser suprimida del alma.
Es mejor que gastes tu esfuerzo en ser más astuto que tú mismo que en hacer promesas vacías, rellenando días en el calendario o estableciendo fechas para hacer flexiones. Puedes aprender a vivir con procrastination, esquivándolo, pero nunca podrás borrarlo de tu vida. Es sólo una de las muchas razones por las que No eres tan listo.
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