No sé si lo he dicho alguna vez, pero trabajo en un centro de estudios. En invierno nos dedicamos a enseñar idiomas y a ayudar a los chavales a que aprueben las asignaturas. En verano hacemos campamentos urbanos en inglés para que los niños de infantil y primaria se diviertan, se relacionen con otros niños, aprendan algo de inglés y, por qué no decirlo, para que los padres puedan irse tranquilos a trabajar sin comerse la cabeza de qué hacer con sus hijos.
Este verano uno de los campamentos se llama Fresh Food y se trata de que los niños conozcan más y mejor las frutas y verduras y se acostumbren a cocinarlas y a comerlas. Todo muy sano y ecológico. O eso pensaba yo.
Hoy ha venido un padre a apuntar a sus hijas, precisamente a esta semana, cuando de pronto nos suelta: "Quisiera deciros, para que tengáis cuidado, que a mi hija la pequeña le dan miedo las frutas y las verduras". ¿Cómo que miedo? Será que no le gustan y se niega a comerlas. "No, no, no puede comerlas, ni tocarlas ni casi verlas porque se pone a llorar y a gritar".
Dos preguntas me vinieron entonces a la mente. La primera es ¿cómo demonios alimentas a esa niña de forma sana? La segunda es si sabes que tiene miedo a las frutas y verduras, ¿por qué la inscribes en un campamento donde justo eso es lo primordial? ¿Qué espera ese señor que hagamos con su hija?
Como una es bastante prejuiciosa, pero también bastante juiciosa como para echar por tierra sus prejuicios, me puse a buscar en internet sobre este miedo. Cuál es mi sorpresa que encontré que, efectivamente, es una fobia reconocida que se llama lacanofobia. Las personas que la tienen no pueden casi ni ver las frutas y verduras, pues les entran ataques de pánico, sudores fríos, nauseas, taquicardias, ataques de llanto... Obviamente estas personas tienen una salud de mierda, pues por mucho complemento vitamínico que ingieras si no tomas vitaminas directamente de la comida mal lo llevas.
Yo no sé si aquí, en España, esto está reconocido ni cuál es su incidencia, pero en el Reino Unido parece que hay unos cuantos miles de personas que sufren de este pánico (lo cual es curioso porque más allá de las zanahorias, el brócoli y los guisantes, la dieta británica no lleva mucha fruta ni verdura). El caso más conocido, más que nada porque salió una noticia en The Telegraph y porque la protagonista escribe en un blog sobre su "condición", es el de Vicki Larrieux, una chica de ahora 26 años que cuenta cómo ir a comprar al supermercado o a comer a un restaurante es todo un suplicio.
No me quiero extender más sobre este tema, pues solamente me había llamado la atención el tema y quería compartirlo; Pero al que le interese saber más le recomiendo que lea el artículo The Fear Factor: Lachanophobia The Fear of Vegetables!, que como habéis intuido está en inglés.
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