11 mayo 2012

Un vistazo al fantástico mundo de Hayao Miyazaki

Es curioso, pero cuando esta mañana me he despertado con una historia de Hayao Miyazki en la cabeza y he decidido escribir sobre él, lo primero que he pensado es que ya estoy otra vez con una de mis frikadas. He estado a un tris de no hacerlo, pero he decidido que sí, que me apetece y que, además lo merece. Aunque el nombre de Hayao Miyazaki no os diga nada, me juego a que habéis visto más de una de sus creaciones.

Pasad, pasad, que os lo presento. 

Este abuelito con cara de pillo es Hayao Miyazaki, uno de los animadores japoneses con más reconocimiento internacional. Nació en enero de 1941, en los albores de la entrada de Japón en la II Guerra Mundial. Este dato es importante. Primero porque quiere decir que tiene 71 años, y, por lo tanto, que a pesar de la famosa longevidad nipona no creo que podamos disfrutar de muchas más de sus historias, lo que me da mucha pena. Y segundo, porque el hecho de haber nacido en ese momento histórico [donde Japón se abría al mundo occidental (ya podía haber elegido otro modo, pero parece que a los seres humanos nos encanta complicar las cosas), donde el japonés de a pie trabajaba duro y sufría calamidades, en su afán por reponerse de la derrota bélica y sus consecuencias, y donde se mezclaban, intensamente, la tradición y la modernidad] se nota no sólo en las historias que cuenta, sino también en la estética de sus animaciones. Temas que usa recurrentemente son la defensa de la clase obrera (con un cierto desprecio hacia la clase alta), el ecologismo y el pacifismo. Creo que la guerra, las bombas atómicas y el trabajo duro de reconstrucción tuvieron algo que ver en ello.

Voy a hacer un pequeño repaso por su filmografía, que seguro os dirá mucho más de él. Comenzó trabajando en el departamento de arte del Estudio Toei Company, responsable de series como Mazinger Z, Candy Candy, Calimero o las más actuales Dragon Ball y Digimon. De ahí, y harto de unas condiciones laborales deplorables se marchó a otro estudio de animación, Zuiyô Enterprise y aquí comienza a hacerse conocido, participando en la animación de las archiconocidas:


Heidi y toda la troupé (por cierto, el pajarillo azul que está en el hombro del abuelo tiene un asombroso parecido con el de twitter). 

Marco y su mono Amedio (dramón lacrimógeno que traumatizó a una generación entera).

De ahí Miyazaki dice, ¿sabéis qué? que voy a dirigir mi propia serie, que a mi tanta cursilería y tanta lágrima como que no me va. Así que en 1978 se echa la manta a la cabeza y saca Conan, el niño del futuro, que no es para partirse la caja pero tampoco como para cortarse las venas. Es la historia de dos niños, Conan y Lanna que sobreviven en una isla perdida tras una apocalíptica III Guerra Mundial. 


Quería poner un trailer pero estaban todos en francés, inglés, italiano, árabe, coreano o japonés. Casualmente lo único que he encontrado con subtítulos en español es un capítulo entero (¡¡cómo somos!!). Bueno, si os da un aire os lo podéis ver, si no echadle un vistazo y veréis que el niño tiene un asombroso parecido a Pedro, el de Heidi. 

Al año siguiente, y como le fue bien, dirige su primera película El castillo de Cagliostro, que narra las aventuras de Lupin III, descendiente del famoso ladrón de guante blanco Arsenio Lupin (creado por el novelista francés Maurice Leblanc) y al que ya le había dedicado una serie casi una década antes. La película tiene casi tantos años como yo, pero a mí, que queréis que os diga, me sigue gustando. Como veréis utiliza mucho las estética años 40 que mantendrá en muchas de sus obras.



1984, otra película, Nausicaä del Valle del Viento. Es una fábula futurista, escrita por él mismo, donde empieza a utilizar el tema de la ecología y para la que cuenta con la música del famoso compositor Joe Hisaishi, que es el Alberto Iglesias oriental (vamos, uno de los más prolíficos y laureados compositores de bandas sonoras). Colaboración que se mantendrá en el tiempo. 



Como las cosas le han ido bien decide crear, junto con su amigo Isao Takahata, el famosísimo Studio Ghibli, donde escribe, dirige y anima algunas películas espectaculares. Pero antes de lanzarse de lleno, colabora con otro estudio para hacer una de las series que más he disfrutado en mi infancia: Sherlock Holmes, y de la que aún soy capaz de acordarme de la pegadiza canción del comienzo interpretada por el famoso Grupo Nins. 


Y ahora sí, comenzamos con sus películas más actuales y famosas. Para no extenderme, que si no el post se haría eterno, pondré un breve resumen y un vídeo de cada una, que ya sabéis lo que dicen, una imagen vale más que mil palabras, y si es un vídeo, ya ni os cuento. 

El castillo en el cielo -1986 - Es la historia de un agente secreto del gobierno que es atacado para robarle una piedra que abre las puertas de la Fortaleza Celeste, una isla flotante en mitad del cielo. 


Mi vecino Totoro -1988 - Retrato de la vida rural japonesa en los años 50, cuenta la historia de dos hermanas que se trasladan junto con su padre, un profesor universitario, a vivir en una casa cerca de un bosque mientras su madre se recupera de tuberculosis en un sanatorio. La película es más cómica de lo que parece y como curiosidad decir que Totoro es el actual logotipo del Studio Ghibli.




Nicky, la aprendiz de bruja -1989 - Por tradición, las brujas, al cumplir los 13 años deben abandonar la casa de los padres y buscar una ciudad donde necesiten de sus servicios y eso es lo que hace Nicky para convertirse en una bruja profesional (en su versión original se llama Kiki pero, por motivos obvios, le cambiaron el nombre en España). El trailer es una mierda. Lo sé, pero es que sólo encontraba imágenes fijas con canciones de la banda sonora y no me decían nada.



Porco Rosso -1992 - El protagonista, Porco Rosso es un piloto italiano de la I Guerra Mundial que debido a un hechizo tiene el aspecto de un cerdo y que se convierte en un cazarrecompensas. Yo, por cierto, estoy enamorada de esa estética y, sobre todo, del rincón al que Porco Rosso se retira cuando quiere olvidarse del mundo. 



La princesa Mononoke -1997 - Primera película no apta para todos los públicos. De hecho es un pelín sangrienta. El argumento es bastante complicado de contar en un par de líneas, pero baste decir que está ambientada en la época medieval y trata sobre la lucha entre los dioses que guardan el bosque y los humanos que quieren apropiarse de sus recursos. En medio, Ashitaka, príncipe de los Emishi.  


El viaje de Chihiro -2001 - Mi película favorita, junto con El castillo ambulante. La peli narra las aventuras de una niña de 10 años, Chihiro que se muda con sus padres a otra ciudad. Por el camino el padre decide atajar y llegan a una ciudad abandonada, que por la noche está dominada por unos espíritus, que hechizan a sus padres.  


El Castillo ambulante -2004 - La cinta narra la historia de Sophie, una joven que vive en un lugar indeterminado, en una época indeterminada, pero en guerra, la cual es víctima de un hechizo que la convierte en anciana y decide ir al castillo, habitado por el mago Howl para que le ayude a romper el maleficio. El castillo tiene algo que a mi me encantaría tener en mi casa y es un círculo con cuatro colores al lado de la puerta, que según en el color donde lo pongas te lleva a un sitio distinto (una aldea de pescadores, un páramo, un valle espectacular y una ciudad). 



Ponyo en el acantilado -2008 - Sousuke es un niño que vive en una ciudad costera. Un día, tras una gran tempestad, al bajar a jugar a la playa que está al lado de su casa se encuentra a Ponyo, una niña-pez, de la que se hace muy amiga. El padre de Ponyo no quiere que su hija su hija se relacione con humanos (inexplicable con lo respetuosos que somos con el océano) y se la lleva de vuelta, pero Ponyo decide quedarse a vivir con Sousuke aunque eso implique el desequilibrio del mundo. La película es bastante más ñoña que las anteriores, pero no tanto como parece en este trailer. Con esa música... marededeudelcarme.



Si que te sigan gustando las mismas cosas de cuando eras pequeña es ser una friki, entonces lo admito. Lo soy y con mucha alegría. He dicho.

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