10 mayo 2012

6 cosas imprescindibles cuando estudias

Como ya comenté en un post anterior ando estudiando una carrera en la universidad a distancia. En un par de semanas tengo los exámenes y, haciendo gala de una espectacular planificación me doy cuenta de que o me pongo ya a estudiar o me espera un verano ocupado. 

Es muy curioso esto del estudio. Después de años y años de experiencia estudiantil he llegado a la conclusión de que estudiar es el mayor motivador que existe sobre la faz de la tierra. ¿Motivador para qué? Para hacer cualquier cosa. Sobre todo aquella que no harías, o que te costaría hacer, si no tuvieras que estudiar. A pesar de los años, de la experiencia y del poco tiempo que tengo para estudiar, cada vez que me siento delante del libro me acuerdo de algo que inevitablemente tengo que hacer en ese momento. O me surge algo que es imposible que deje para después. 

Como tengo que estudiar, he estado pensando y he decidido agrupar estas necesidades imperiosas en seis grandes grupos:

Orden y limpieza
De lo que sea. Da lo mismo. Te sientas delante del libro y por el rabillo del ojo ves algo que no está donde debiera de estar (no sabes cuál es su lugar adecuado, porque lo recuerdas siempre ahí, pero no pasa nada que ya se te ocurrirá dónde ponerlo), ropa que dejaste para planchar (hace, al menos una semana), una mota de polvo en la esquina derecha superior del cuadro que tienes delante... Lo que sea. Ponte que eres capaz de obviar todas esas tentaciones y acabas estudiando. Un rato solo, que tampoco es plan de agotarse prematuramente. Vas a la cocina y abres el frigorífico para coger algo para comer. Ohhhh, ¿qué es eso de color indefinido que hay en la segunda balda? Haces memoria y recuerdas que es un poco de tomate que se te cayó el día que te hiciste macarrones con tomate. Hace... ¡¡un mes!! Tendría que limpiarlo. Eso y las cinco mil manchas más que de pronto ves que tiene tu nevera. Te resistes porque ya sabes que limpiar el frigorífico es sacarlo todo y montar un cirio en la cocina y tampoco es eso. Así que cierras la puerta y decides que es hora de volver al tajo. 

Abres el armario de la cocina donde está el cubo de la basura para tirar la cáscara del plátano que te estás comiendo y se te cae una pielecilla al lado del cubo. Te agachas a cogerla y ahí estás perdida. Al lado de la pielecilla hay una mancha y tú, ingenuamente, piensas que no te cuesta nada coger un trapo y limpiarla. Esa mancha que estaba ahí hace una semana, cuando no tenías nada que hacer. Esa mancha que ya estaba ahí cuando fuiste a vivir al piso, hace casi un año. Esa mancha que si utilizáramos el carbono 14 descubriríamos que fue hecha por un antepasado del paleolítico superior y que casi mejor que la hubieras dejado como estaba, porque seguro que era una pintura rupestre o algo así. Pero no. De pronto la mancha te molesta y no puedes evitar ponerte los guantes, sacar todo lo que hay en el armario y diciéndote que es cuestión de un minuto, ponerte a hacer la limpieza primaveral de los últimos tres años. Cuando acabas, estás toda ufana, porque ¡qué demonios, mira que limpio te ha quedado todo! pero la alegría te dura lo que tardas en mirar el reloj y darte cuenta de que te has fundido una hora y media por una mierda de mancha que si no habías visto hasta entonces no sería tan importante limpiarla. 


Acicalamiento
Estás sentada delante del libro y lo único que ves, a parte de un borrón de palabras, son tus manos. Te han crecido las uñas. Quizás debiera de cortármelas. Bueno, cuando acabe este tema. Tengo una pielecilla en el pulgar. Déjala. Pero me molesta. Mira, se me está haciendo más grande. Claro, si no dejas de rascarte con la uña. Es que las tengo largas, ya te lo he dicho. Bueno, tampoco se tarda tanto en cortarse uno las uñas. Y allá que te vas al baño. Craso error. Llegas, enciendes la luz, te miras al espejo y ya no hay vuelta atrás. Huyyy, mira qué pelo me ha salido en la ceja y ahí que sacas la pinza de depilar. Te acercas al espejo magnificador y comienzas a gritar "Houston, Houston, tenemos un problema". Mira que tienes seca la piel, ¿por qué no aprovechas ahora, que no vas a salir de casa, y te pones la mascarilla de barro que te regalaron por navidad? Tienes que dejarla 30 minutos, pero no importa, así aprovechas para cortarte las uñas y quitarte la pielecilla y depilarte las cejas y ahora que lo veo tampoco pasa nada si me corto las uñas de los pies y ¡mira que gracioso!, casi no puedo mover la cara porque el barro se ha secado. No, en serio, que no la puedo mover. Joer, joer, joer, que ponía media hora y la he dejado casi una hora. A ver si se me va a quedar la cara como la de Nicole Kidman y luego ni reír ni hablar ni nada. Te quitas la mascarilla y se te queda la cara más seca que una mojama. Y necesitas echarte crema como para hidratar el Sahara. Y ya se te ha pasado una hora y media sin darte cuenta y sin pegar palo al agua. 

Beber agua
Y hablando de agua. ¿Qué pasa cuando estudias que necesitas beber litros y litros de agua? ¿Acaso estudiar deshidrata más que correr la maratón? Hay gente que decide llevarse una botella a la mesa de estudio. Yo prefiero levantarme de cuando en cuando, y así estiro las piernas. El problema es que puedo levantarme alrededor de doce veces en una hora y no siempre porque tenga una sed abrasadora. Aquí estoy expuesta a dos trampas. A la de la limpieza compulsiva (suelo beber agua de la nevera) y a la del acicalamiento, porque todo lo que entra sale y, vamos a ser honestos, estudiar no deshidrata, así que cada dos por tres al baño. Vamos, que estudiar un tema me puede llevar horas. 

Buscar
Cuando estoy estudiando, la cabeza se me va a los pensamientos más peregrinos. Y, de pronto, la chorrada más grande se convierte en cuestión de Estado. ¿Dónde metí el bañador rojo? Está en el tercer cajón. No, que el otro día lo abrí para coger los guantes y no lo vi. Necesito encontrar el bañador rojo. Pero si está lloviendo y hay 6º en la calle. A ver, ¿quién te dice a ti que con esto del cambio climático no haga mañana 30º y pueda ir a la playa? Pero si en Pamplona no hay playa. Pues me voy a Donosti. Pero si tienes que trabajar. Ya te vale, la cuestión es ponerle pegas a todo. Esto me recuerda a esa canción. ¿Cómo se llamaba? Yo que sé, ¿qué canción? Esa que dice nanana nana nanananaaaa. Pufff, ni idea. ¿No te sabes la letra? Espera que enciendo el ordenador y lo miro en Google. 

Game over!! Enciendes el ordenador y buscas el título de la canción, luego la canción en youtube, luego la letra para cantarla, luego miras el periódico para ver que ha pasado en la media hora que has estado alejada del mundo, luego te miras el facebook y el correo, y te han mandado emails chorras de esos que siempre borras. Pero hoy no. Hoy los miras. Todos. Y ya perdiste dos horas más de estudio.

Leer
Cuando tengo que estudiar dejo aparcadas las novelas. Salvo que tenga menos de 150 páginas que entonces, pues no cuesta nada leerlas, que no pasa nada porque le dedique un par de horas o tres a leer, que así me despejo. Pero vamos, que, por lo general las dejo aparcadas. Pero vas al baño, a orinar los 10 galones que te has bebido y a cortarte las uñas. Y el baño está lleno de peligros para una lectora empedernida, como yo. 

Como actua
O refrescante gel de limpeza com suaves pérolas de limpeza revitaliza imediatamente a sua pele e purifica-a em profundidade, ajufando-a respirar novamente. 
A sua fórmula suave remove eficazmente as impurezas e a maquilhagem, sem secar a pele. 
Resultado
Perfeitamente limpa, a pele fica com um aspecto saudável, revitalizada en com uma sensaçao de suavidade.
Ingredients
Aqua, Cocaminopropyl Betaine, Sodium Myreth Sulfate, Acrylates Copolymer...

¿Creéis que se puede estudiar sin haber leído antes eso? Imposible. 

Escribir 
Como por ejemplo este post. Es increíble la creatividad que me inunda cuando tengo que estudiar. Si habitualmente tengo una idea o dos para plasmar en un post, cuando estudio se convierte en 8 o 9 ideas. Y claro, cómo vas a dejar que toda esa creatividad se te escurra por el tobogán de la memoria. No, mejor te pones delante del ordenador y, al menos, pones las ideas principales para escribirlo más tarde. Y escribes tu primera idea y como el hilo de Ariadna tienes que seguir y seguir y jo, yo creo que una imagen de un perro con una lupa le vendría bien para ilustrar eso que dices así que te pones a buscar la imagen y qué graciosa esta foto que no tiene nada que ver con lo que busco pero... Otra hora y media más sin tocar el libro y ahora te tienes que ir a clase de inglés, así que ¡vamos, date prisa que vas a llegar tarde!

1 comentario:

  1. La reina de las chuches10 de mayo de 2012, 12:49:00 CEST

    No sé por qué pero me siento un tanto identificada con ello, aunque yo en vez de cortarme las uñas me las muerdo y luego intento arreglar el estropicio que me he hecho, jejejeje!!! Un besazo y estudiaaaaaaaaaa...

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