18 mayo 2012

Hacienda somos todos... aunque algunos más que otros (I)

Cuando estaba en la universidad un profesor de economía nos habló sobre un investigador chileno que había realizado un estudio sobre el acatamiento de las leyes de los contribuyentes. La conclusión a la que llegaba era que en todas las sociedades había un 20% de la población que, por sistema, defraudaba a la hacienda pública, un 80% que defraudaba o no según si consideraban que los impuestos eran justos o no y un 20% que siempre pagaría sus impuestos fueran o no justos y los sintieran o no como justos. 

Yo siempre he sido de ese último 20%, de los que intentan visualizar el bien común por encima del bien personal y todas esas, en ocasiones, memeces que uno se dice para autoconvencerse de que está haciendo lo "correcto", de los que siguen las reglas porque si no te gustan no te las saltes, intenta cambiarlas. Bueno, pues en los últimos tiempos empiezo a pensar que igual no pertenezco a ese 20%, sino a la masa mayoritaria del 80%, y es que la administración pública no me quiere. Que digo que no me quiere, ¡me odia! Es algo personal, lo presiento. Eso, o a pesar de mis estudios soy más tonta que Abundio. 

Las tropelías, los abusos y las situaciones kafkianas con Hacienda se acumulan en mi mochila. Tanto, que he decidido que se merece una serie de post, aunque sea sólo por homenajear al surrealismo. 

Primer caso y más actual (de hecho ya estoy trabajando en el recurso). Como ya comenté en su día, en 2009 me concedieron una beca de formación para trabajar en Naciones Unidas en Ecuador. La convocatoria especificaba perfectamente el importe total de la beca y cuánto dinero era para viaje, seguro, desplazamientos y estancia y manutención. Hasta aquí todo claro.

Me voy a Ecuador y en febrero llega el primer ingreso para que pueda ir pagando el seguro, el billete de avión y eso. Veo que faltan casi 200€  respecto a lo establecido en la convocatoria pero pienso que me lo darán en el segundo plazo. Llega abril y con la entrega de un informe nos ingresan en segundo pago y ahí es cuando todos los becarios entramos en shock. Nos ingresan un 20% menos de lo prometido. Llamo a los responsables de darme la beca, para pedir una explicación, y cuál es mi sorpresa cuando me dicen que son retenciones de hacienda. 

¿Retenciones?, ¿cómo que retenciones?, ¿por qué me retienen la ayuda que me dan de la beca?, ¿por qué no me informaron en la convocatoria de que se hace una retención del 12%?, ¿por qué tanta retención? No es culpa nuestra, el programa informático de hacienda nos lo pide. Te retienen la beca porque son rendimientos de trabajo. Te retienen el 12% porque se os ha pagado dos cantidades muy altas. Cómo que no es culpa vuestra, ni que fuera la primera vez que dais una beca, era vuestro DEBER avisar de que el importe que prometéis no es tal (aunque así no quedáis tan guays y tan generosos, ¿verdad?). Si la ayuda de la beca se considera rendimientos de trabajo será que estoy trabajando y entonces ¿por qué no tengo paro ni baja por enfermedad ni nada? Si sabíais que dando el importe en cantidades grandes nos quitan más dinero, ¿por qué no nos lo dabais mensualmente?

Tras unos farfulleos de "no podemos hacer nada", escribo en mayo una instancia solicitando la devolución de ese dinero por considerar que la beca debiera estar exenta de pago de impuestos, porque vamos a ver, si cuando te toca la lotería no tienes que pagar impuestos, ni cuando te dan una beca de estudios tienes que pagar impuestos, por qué una beca de formación tiene que pagar impuestos. Y si pago impuestos tendré que tener también los beneficios de un trabajador regular. Es lo justo, ¿no?

Poco después de poner yo la reclamación, el organismo que me otorga la beca consulta a hacienda sobre el mismo tema. Consecuencia: en mayo de 2011, un año después de haber hecho la reclamación y a pesar de que la administración se da de plazo 6 meses para contestar, aún no tengo respuesta. Las razones que me dan para el "retraso" son que la consulta del organismo la contestan desde la hacienda nacional y la mía desde la regional y hasta que no reciban la de Madrid no me contestan a mí, no vaya a ser que se lleven la contraria y se arme la de dios es cristo. 

El caso es que tengo que hacer la declaración de la renta y me resisto a meter el dinero como rendimientos de trabajo Acudo a hacienda para explicarles el caso (¡¡ayyy, alma de cántaro!!, ¡qué ingenua que eres!) Me atiende un webón robótico que no atiende a particularidades y que no entiende lo que le digo y, poco a poco, noto como voy perdiendo la paciencia hasta que me salta: "oye, tú no serás uno de esos indignados que están acampados en la Plaza Porticada". Acampada no, pero indignada, extremadamente, ¡gilipollas! Al final resulta que me toca pagarle a hacienda casi 200€ y que luego si tal me los devuelven, ¡jódete y baila una jota!. Y pago. 

Por fin, en febrero de 2012, me contestan. Me dicen que no tengo razón y que la beca paga impuestos me guste o no me guste y que me olvide del asunto. Entonces un compañero becario me comenta que él sólo declaró el dinero de manutención y estancia y que le han dado la razón y que así se ahorró de pagar un pastón. Ni corta ni perezosa me pongo manos a la obra y redacto otro recurso, alegando lo mismo que él y acompañando la solicitud con la convocatoria oficial, en donde se especifica para qué son qué cantidades. Hace cuatro días me han contestado diciéndome que como no puedo demostrar que parte del dinero de la beca era para cubrir gastos y cuál era rendimientos de trabajo que me lo deniegan. ¿¿¿Cómo que no lo puedo demostrar, si está bien clarito en la convocatoria???, ¿¿¿¿me estáis tomando el pelo????, ¿¿¿¿ me queréis volver loca???? 

Ah no, pues esto no se va a quedar así. Os voy a empapelar a recursos. Los que hagan falta, porque no sabéis lo que habéis hecho despertando al alien que llevo dentro. Ríete tú del octavo pasajero. ¡¡Ja!!

Continuará...

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