23 mayo 2014

Maestro Llakaria: Gran Vidente - Medium Competente

Hace unos días que no escribo y no es porque ya haya tirado la toalla, ni mucho menos, que vais a tener Lamb para rato. Es porque a pesar de que una hace un último esfuerzo para acabar la carrera y se dice, no voy a volver a estudiar en toda mi vida, apenas un año después, el Ayuntamiento de Pamplona saca una convocatoria para trabajadores sociales y no queda otra que volver a retomar los libros, desempolvar las coderas y sentarse en el sofá/cama/terraza/delante del escritorio/delante de la mesa de la cocina/debajo de un pino... para intentar aprenderse un montón de cosas y hacer una actuación digna. Para el que le interese (saberlo, no apuntarse, porque ya es tarde), la convocatoria es para crear una lista de trabajadores sociales que puedan cubrir las bajas, vacaciones de los ahora contratados. Sólo nos hemos presentado 700 personas, así que veo futuro. O quizás debiera de consultarlo con el Maestro Llakaria - Gran vidente medium competente. 

Esta mañana he llegado a casa, he abierto el buzón, -que no sé qué espero encontrar, a parte de facturas o cartas del banco, pero me hace una ilusión enorme mirarlo cada día- y me he encontrado con el papelito de la foto inferior. 


Os pido perdón por la calidad horrenda de la foto, pero es que está hecha con el móvil y odio las pantallas táctiles, más que nada porque no se llevan nada bien con mis huellas dactilares y o no me abre las pantallas o me abre todas a la vez y me lleva a un estado de desesperación horripilante. El caso es que cuando mi antiguo y maravilloso Nokia C6 con teclado extraíble murió, empecé a buscar uno con teclado de toda la vida en vez de táctil y sólo encontré (que tuviera un módico precio) un Samsung que cumple su labor a la perfección salvo por la pequeña pega de que tiene una cámara, sin flash, de 2 Mpx. Sí, habéis leído bien, así que no pidáis más. 

Pero volvamos al mini folleto. No se puede decir más en menos espacio. 

Especialista en el retorno inmediato de la persona querida, quitar mal de ojo y protección, cualquier problema de pareja, salud, los concursos, mejorar en el deporte, los negocios, impotencia sexual, problemas judiciales, familiares, de trabajo, exámenes, atracción de clientes para vendedores, protección contra todos los miedos, accidentes de la vida, ayuda a dejar el trabajo, alcohol y drogas de forma inmediata. 
Primero de todo, este señor no es gran vidente medium competente, ¡¡es el señor de los milagros!! Lo mismo vale para un roto que para un descosido. Y si eso fuera poco lo hace en 72 horas. No sólo hace milagros sino que además es más rápido que Usain Bolt. Pero a ver, a ver, me puedo creer que me ayude a dejar las drogas en 72 horas, que me arregle la impotencia sexual en 72 horas e incluso que me haga ser más ágil que una gacela y ganar la medalla de oro en las Olimpiadas en 72 horas, pero ¿arreglar problemas judiciales en 72 horas? ¡Ja, eso no se lo cree ni él! ¡Eso en este país pertenece a la ciencia ficción! Ahí la ha pifiado. 

Así que después de meternos esa trola cómo vamos a creernos que hace un "trabajo serio, con garantía y confianza". ¡No, hombre, nooo!

Ahora que, hay un par de cosas que no se le pueden negar al Maestro Llakaria. Por un lado que es trabajador de narices, porque eso de estar disponible los 365 días del año durante 14 horas al día... ¿Y todavía hay problemas en España? No hay esperanza, entonces. Empiezo a pensar que este señor debe de tener una vocación increíble. Eso o tiene problemas económicos y necesita trabajar tropecientas horas al día. ¿Será que puede que arreglar los problemas de los demás, pero no lo suyos? Mal fario.  

Y, por otro, que avaricioso no parece ser, porque con eso de "pagar después de resultados" rico no se puede hacer. Y confiado también, porque no serán ni uno ni dos a los que arregle sus problemas y luego no le paguen. Me gustaría saber qué tasa de éxito tiene. Él dice el 100%, pero no sé yo, eso no lo consigue ni Rafa Nadal y eso que es mucho Rafa. 

Eso sí, a pesar de que está redactado bastante mal, no tiene ni una sola falta de ortografía. ¡Ole Maestro!

15 mayo 2014

El fotógrafo del bosque

Erase una vez un fotógrafo ucraniano al que le encantaba observar la naturaleza. Su nombre era Vyacheslav Mishchenko y, poco se sabía de él aparte de que, como si viviera en el mundo de los pitufos, se dedicaba a fotografiar hongos, caracoles, hormigas, mariposas, arañas, lagartijas y libélulas, en las situaciones más tiernas, divertidas y sorprendentes posibles. 

Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo algunas de sus fotografías que no os dejarán indiferentes. 



































08 mayo 2014

Cinco meses después y ya me ha costado

Mañana escribo, mañana escribo. Mañana, sí que sí escribo. Y me planto en mayo, cinco meses después, sin haber escrito nada. Porque si en algo soy buena es en la procrastination

Pues bien, esto se acabó. Hoy empiezo y en doblete. Por un lado retomo mis narraciones y reflexiones vitales. Por otro colgaré los comentarios de los libros leídos en las fechas en los que lo colgué en mi página de facebook. Que me da vergüenza decirlo, pero no es que no escriba, es que no escribo aquí. Así que si queréis leerme bucear en el blog, que habrá cosas nuevas en el pasado. 

Bueno, empiezo por una de mis últimas pasiones de la que hablé hace casi un año. El italiano. Y no sólo su lengua, sino su cultura al completo. Porque hay que admitir que soy un poco vaga a la hora de estudiar idiomas, pero me apasiona usarlos y zambullirme en la cultura del país de referencia, en este caso Italia. Mi mp3 está lleno de música italiana (dedicaré un próximo post a este tema), mi ordenador lleno de películas italianas, mi cocina llena de libros de recetas italianos y los ingredientes necesarios para hacerlas realidad. ¡Huy, cuántas ideas de post!

Bueno, vuelvo al tema. El italiano. La semana que viene acabo el 2º curso de la Escuela Oficial de Idiomas y la verdad es que me parece increíble lo mucho que he aprendido en sólo dos años. Y, sobre todo, lo afortunada que he sido porque me han premiado en todas las cosas en las que he participado. 

Empiezo por la primera. Cada año, la EOI hace un concurso literario en los que basándose en alguna de las 6 fotos que te dan tienes que escribir una historia de unas 100-120 palabras. El año pasado gané con un relato basado en esta imagen de la película francesa Le Ballon Rouge, dirigida en 1956 por Albert Lamorisse. El premio era un cheque de 100€ para gastar en material escolar. Le hice buen uso comprando un montón de libros en italiano, así que muchas gracias EOI por vuestro reconocimiento.

Os voy a colgar el relato que escribí (en italiano y en castellano). Sed indulgentes con los fallos de estructura y ortografía, que apenas llevaba 4 meses estudiando italiano cuando lo escribí. Espero que os guste. 

Il addio
 A Sandro non gli piaceva la casa come sembrava ora. La luce, che sempre inondava tutto, stava relegata per le ombre e i granelli di polvere nell' aria. I suoni di pentole in cucina, l'odore di risotto, di pizza, di cannoli, danzando per il corridoio, le allegre canzoni spesso canticchiate... Tutto era andato. 
“Andare? Dove?” 
Sua madre si inginocchiò davanti al suo letto, lo abbracciò e disse: "Nonna è morta", mentre gli bagnava il pigiama con le sue lacrime. 
Dopo il funerale gli avevano comprato un gelato e un grande pallone rosso, per intrettenersi, ma Sandro mancava terribilmente sua nonna. Così prese una foglia del taccuino che sua nonna utilizzava per annotare ricette e scrisse: Nonna, ho sentito che sei nei cieli. Spero che tu non ti dimentichi di me. Io non lo farò. 
Chiese al padre che svuotasse il palloncino, mise la carta e gli chiese di gonfiare un’ altra volta. Poi andò alla finestra e disse addio a sua nonna.  
Due giorni fa era stato svegliato di notte. Suo padre sussurrò: "Sandro, risveglia. Alzati. Dobbiamo andare. "

La despedida
A Sandro no le gustaba la casa como la veía ahora. La luz, que siempre lo inundaba todo, quedaba relegada por las sombras y las motas de polvo suspendidas en el aire. Los ruidos de las ollas en la cocina, el olor a risotto, a pizza, a cannoli danzando por el pasillo, las alegres canciones a menudo tarareadas… Todo había desaparecido. 
Hacía dos días que le habían despertado de noche. Su padre le susurró: “Sandro, despierta. Levántate. Tenemos que irnos.” 
¿Irnos? ¿A dónde? 
Su madre se arrodilló ante su cama, le abrazó con fuerza y le dijo: “la abuela ha muerto”, mientras le mojaba el pijama con sus lágrimas. 
Después del funeral le habían comprado un helado y un gran globo rojo, para que se entretuviera, pero Sandro la echaba terriblemente de menos. Así que arrancó una hoja del cuaderno que su ella utilizaba para apuntar recetas y escribió: Abuela, me han dicho que estás en el cielo. Espero que no me olvides. Yo no lo haré. 
Le pidió a su padre que desinflara el globo, metió el papel y le pidió que lo volviera a llenar. Después, salió a la ventana y se despidió de su abuela.