21 octubre 2013

Diario de un ama de casa desquiciada

Éste es el cuarto libro que leo este año de la Editorial Asteroide y probablemente no sea el último, porque veo que me van gustando sus publicaciones. Diario de un ama de casa desquiciada, de Sue Kaufman, se coló en mi mente en una noche de insomnio. Tanto la portada como el exterior podría ser la cara femenina de El hombre del traje gris de Sloan Wilson y la verdad es que el interior también. Parece que los años de la postguerra en EE.UU. fueron años de crisis existenciales entre la clase media. 

La protagonista es Tina, una mujer de 36 años, casada con un abogado exitoso y con dos hijas guapas y listas, que vive en un buen piso cerca de Central Park en Nueva York en los años 60. Un día comienza a sufrir ataques de pánico y a desarrollar miedos extremos a casi cualquier situación a la que se enfrenta. Con el nulo apoyo de su marido, Tina comienza a escribir un diario de todo lo que siente, hace y piensa y que no le puede contar a nadie.


Un poco a la manera del monólogo de Mamen, en 5 horas con Mario, a través de las reflexiones de Tina, nos vamos enterando de la vida del marido y de las amistades que frecuentan; de qué se esperara de una mujer de clase media en los años 50-60 en EE.UU.; de cómo las discrepancias femeninas y las frustraciones por no poder llevar la vida deseada son vistas como una histeria a tratar médicamente; de las dificultades para demostrar su inteligencia y para discernir entre lo que ellas quieren y lo que los demás les han dicho que tienen que querer...

El libro no sólo está bien escrito, sino que todos los personajes son interesantes y tiene momentos muy irónicos. Me llama la atención lo actual que me ha parecido, y es que, salvo algunos detalles, nadie diría que Sue Kaufman escribiera la historia en 1967. Como curiosidad decir que tuvo tanto su éxito cuando se publicó que fue llevada al cine en 1970. Pongo aquí la película pero ya aviso que tiene una calidad pésima. 




Siempre que leo un libro me gustaría encontrarme con alguien que lo haya leído para comentarlo, pero en esta ocasión ya no se trata de un deseo sino de una necesidad, así que a ver si alguien se anima e intercambia sus impresiones conmigo.

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