28 febrero 2010

Chile

Cuando te conocí estabas triste, cansada, apagada. No quisiste saludarme y yo me sentí apenada, rechazada. Te esperé, porque quise que me descubrieras y porque no quería rendirme contigo. La espera valió la pena. Pasó tiempo pero me aceptaste. Y me acogiste, me cuidaste, me mimaste, me retaste, me asombraste, me divertiste, me emocionaste. Por todo ello, por muchos años que pasen yo seguiré siendo de las tuyas y tú seguirás estando dentro de mi. Ánimo Chile. Sé que las adversidades te hacen más fuerte y si flaqueas yo estaré ahí para ti, siempre. Te quiero.

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