25 junio 2013

Los tacones de mi vecina

No conozco a mi vecina de arriba, aunque, ahora que lo pienso, en realidad no conozco a ningún vecino. Dado que no acudo a ninguna reunión de propietarios (más que nada porque no soy propietaria), quizás debiera haber llevado un pastel de presentación a todos los vecinos de mi bloque, como Bree Van de Kamp en Wisteria Lane. Aunque tal y como anda el nivel de confianza en el prójimo a lo mejor me denuncian por intento de envenenamiento. Déjate, déjate. Lo más normal sería que coincidiera en el ascensor con alguno y comentáramos algo del estilo de "a ver si deja de llover, porque vaya primavera" mientras me fijo en a qué piso va, pero es que debe ser que tengo horarios raros porque nunca coincido con nadie ni en el ascensor ni en el portal. Eso o me evitan.

A mi vecina de arriba me la imagino como Betty Draper, levantándose, a las 6:30 de la mañana de la cama, con el pelo y la cara perfecta. Metiéndose en la ducha y vistiéndose con vestido de vuelo y tacones para, a las 7 de la mañana, ponerse a hacer las labores del hogar. La vecina de arriba es un ama de casa con glamour, que plancha, cocina, pasa el aspirador e incluso limpia el baño con tacones, maquillaje, manicura, pedicura y peluquería siempre a punto. 

Bueno, no sé si va por la casa maquillada y con la manicura hecha, pero de que va con los tacones puestos, va. A las 7 de la mañana, a las 2 de la tarde, a las 10 de la noche, a las 3 de la madrugada, toc, toc, toc, retruenan los tacones sobre mi cabeza, toc, toc, toc, recorriendo los 70 m2 de piso, toc, toc, toc, durante minutos y más minutos. 

El otro día, ya cansada de sus toc, toc, toc, decidí meterle una nota en el buzón, pidiéndole, muy amablemente que por favor, se abstuviera de usar tacones en casa a altas horas de la noche o pronto por la mañana, porque abajo se oía un estruendo que no se podía aguantar. ¿La respuesta? La misma nota devuelta en mi buzón preguntando que a quién iba dirigida la nota y que qué quería decir. Vamos, ¿dónde vas? manzanas traigo ¿La respuesta? El toc, toc, toc, más intenso, más prolongado y a más diferentes horas que antes. Todo un ejemplo de buena educación, buena vecindad y de saber vivir en sociedad. ¡Claro que sí!

El único consuelo que me queda es que le tiene que estar quedando el parquet hecho unos zorros, con esos tacones en plan piolets que debe llevar por la casa, porque por lo demás estoy hasta los tacones de mi vecina. 

3 comentarios:

  1. A mi me pasa igual con la vecina de arriba, pero ésta además baila salsa en tacones los fines de semana, a eso de las 10 de la noche, cuando estamos intentando ver la tele. Debería haber alguna normativa o algo para los ruidos en los edificios de viviendas... porque es demasiado frecuente esto :(

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  2. Sobre tacones ruidosos: https://www.adslzone.net/postt308076.html

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