Normalmente hay tres momentos especiales en mi día. Cuando duermo, cuando me ducho y cuando voy en coche. Me doy cuenta de que en los tres momentos prima la soledad, y la libertad, de pensar lo que quiera, de sentir lo que quiera, de expresar lo que quiera.
Sueño todas las noches, aunque supongo que como todo el mundo, pero recuerdo todos los días lo que sueño, y eso creo que no es tan habitual. Esos sueños surrealistas donde todo pasa, lo imposible, lo posible, lo triste, lo alegre, lo que da miedo, lo que da risa, hacen que el día que se avecina sea distinto al anterior. Es como una ruleta rusa de sensaciones que determinan mi día.
He pensado en hacer un calendario de emociones.
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