Mil perdones porque sé que hace quince días que no escribo nada en el blog. Tengo disculpa, lo juro. No tengo internet en casa y cada vez tengo más trabajo por lo que me es imposible sacar ni un minuto para escribir.
Bueno, así tengo más cosas que contar. El fin de semana pasado me invitaron (el viernes) los becarios de la Oficina Comercial a un concierto que daban Juan (uno de los becarios) y varios amigos suyos en un local llamado Ex-Trifulka que se encuentra en la comuna de Ñuñoa. Con ese nombre me tenía que haber dicho todo sobre el tipo de música que sería. Aunque estaba cansada porque las obras de teatro del festival de Vanguardia Escénica habían acabado casi a las 10 de la noche fui. Estaba lloviendo a jarros y el concierto pues no era para tirar cohetes, pero estuve hablando con los becarios que son un montón (Raúl, Vanessa, Oihana, Juan, Adriana, María y Álex) con Fernando, que trabaja en la Oficina Comercial y con Paola, una chica chilena que acaba de llegar de Madrid, donde ha estado viviendo casi cuatro años. Decidimos irnos al centro, a un pub pero cuando llegamos llovía tanto y estábamos tan cansados que después de comernos unas empanadas en un local que estaba abierto nos fuimos para casa (resulta que vivimos a 50 metros), aunque ya eran las dos y pico.
Al día siguiente me encontraba fatal (la edad que no perdona) así que estuve vagueando en la cama hasta las cinco y media de la tarde. Aunque no tenía ni ganas me tuve que levantar para ir a la entrega de premios del festival de teatro. Había gente por un tubo y aunque el teatro no es pequeño (caben unas 200 personas) se quedaron fuera más de 50.
Este chico es Carlos, de la organización. Estaba en la puerta controlando que la gente no entrara a mitad de una obra pero el pobre tuvo que estar todo el tiempo sujetandola porque la gente estaba como loca por entrar (que digo yo que sería porque era gratis y no por la obra, que no era para tanto). La cara de mosqueado que tiene (lo cual es raro porque se pasa todo el rato riendo) es porque en uno de esos tirones una señora mayor abrió la puerta e intentó entrar y como él le dijera que no se podía la señora le pegó un puñetazo en todo el estómago. El lío fue tal que tuvo que salir Jesús, el director del centro a poner orden.
Entre una cosa y otra al final acabé a las doce y con ganas de dormir. Al día siguiente me levanté con unas energías increíbles, como el día que estaba precioso. Fui a la lavandería a hacer la colada y después me bajé al centro al MAVI (Museo de Artes Visuales) http://www.mavi.cl/ a ver la exposición de Chema Madoz, un fotógrafo que me encanta. Os cuelgo algunas obras suyas, para que disfruten los que le conocen y le descubran los que no.
Continuará...
Pes sí que te lo pasas bien, para haber visto una obra de teatro que no es para tanto y un concierto que no era nada del otro mundo. Como lo lean tus amiguetes chilenos los van a hundir...
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