05 mayo 2013

El filósofo autodidacta y su Filosofía para bufones

Como no sólo de novela vive el ser humano, cuando llegó a mis manos este libro de filosofía que prometía
amenidad y diversión me dije: ¿por qué no? Mi idea era leerlo poco a poco, pero qué puedo decir, anoche me enganchó y no lo solté hasta no terminarlo y realmente he disfrutado muchísimo.

Antes de meterme de lleno en el libro quiero comentar algo de su autor, Pedro González Calero, un señor que cuando era joven, mientras trabajaba de barrendero, aprovechaba los descansos para leer filosofía. Luego su vida dio un vuelco y trabajó de archivero del Depósito General del Libro, de documentalista y finalmente de profesor de instituto. No cabe duda de que le gusta la filosofía, de la que tiene un amplio conocimiento y de que le gusta enseñar. Se nota a leguas mientras lees el libro.

Y ahora al libro. Como dice el subtítulo, Filosofía para bufones es un paseo por la historia del pensamiento a través de las anécdotas (mayormente jocosas) de los grandes filósofos. Está dividido en cinco periodos: filosofía antigua, oriental, medieval, moderna y contemporánea) y ahí retrata a los grandes filósofos (Sócrates, Platón, San Agustín, Confucio, Voltaire, Rousseau, Kant, Ortega y Gasset), sus pensamientos y sus manías y fijaciones.

Cosas que me han gustado:

1.- El autor explica de forma sencilla lo que fue escrito con fárrago y oscurantismo. Probablemente simplifica demasiado las ideas de los pensadores, pero creo que para los neófitos en estos lares puede servir para abrir boca a obras más profundas y rebuscadas. Está en la onda de Ética para Amador de Fernando Savater y El mundo de Sofía de Jostein Gaarder, pero con más humor y más concisión.

2.- He descubierto filósofos de los que no había oído hablar en mi vida como Antístenes, Aristipo, Kostas Axelos, Pedro Abelardo o Chuang Tzu y que tenían ideas bastante interesantes.

2.- He descubierto una filósofa con mucho humor y mucho arrojo: Madame de Staël.

4.- Me he reído.

5.- Me han encantado las ilustraciones de Anthony Garner.

6.- La dedicatoria a Faemino y Cansado, por ser tan sabios siendo tan payasos.

Cosas que no me han gustado:

1.- Se me ha hecho muy corto. Menos mal que después ha publicado una continuación llamada La sonrisa de Voltaire.

Os dejo algunas de las anécdotas que más me han gustado para tentaros a leerlo:

Hablando de la franqueza y arrogancia de Unamuno cuenta que cuando recibió la Gran Cruz de Alfonso XII de manos de Alfonso XIII, Unamuno dijo: "Es para mí un honor recibir esta condecoración que merecidamente se me otorga". El rey al oírlo se sorprendió y dijo: "¡Caramba, es usted el primero que me dice eso! Hasta ahora todos los homenajeados me había dicho que ellos no se merecían tal honor". A lo que Unamuno respondió: "Y probablemente no les faltaba razón".

Le preguntaron a Madame de Staël que cómo se explicaba que las mujeres guapas tuvieran más éxito entre los hombres que las mujeres inteligentes a lo que ella respondió: "Porque hay pocos hombres ciegos, pero muchos hombres tontos".

Hablando Voltaire de los banqueros suizos: "Si alguna vez ve usted saltar a un banquero suizo por la ventana, salte detrás. Seguro que hay dinero que ganar".

El mismo Voltarire tuvo que exiliarse de Francia porque como él decía: "Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado".

Un día un charlatán hablaba con Aristóteles y no acababa su perorata llena de alusiones malévolas hacia el filósofo, como Aristóteles no decía nada el charlatán se calló y le preguntó: "¿No te estarás molestando por mis palabras?" a lo que el pensador contestó: "No, no, ni mucho menos. Hace ya un buen rato que dejé de escucharte".

Lo que rezaba en el epitafio de Aristipo: "Aquí descansa quien os aguarda".

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