28 julio 2012

Lecturas de julio

La época de exámenes siempre es una época de sequía, de dieta literaria. Así que cuando acabo, habitualmente me despendolo y me tiro a la lectura como un yonqui con mono. 

Este julio ha sido distinto. Termino los exámenes pero comienzo a trabajar con horario fijo de 8 a 14:15 hrs. Tengo las tardes libres. Tardes de una calorina que no se puede aguantar. Tardes de sofá, persianas echadas y ventilador encendido. Tardes de un buen libro que te adormezca suavemente o te mantenga en vilo. Todo perfecto, casi paradisíaco. Pero me faltaba el libro. La biblioteca que abre de 8:15 a 14:30 hrs., mis amigos que salen espantados en verano a zonas más amigables y yo que ya no compro apenas libros porque estoy harta de cargar cajas cada vez que me muevo y porque mi cuenta bancaria no sigue el ritmo de mis necesidades lectoras. 

Pese a todo y gracias a un regalo de cumpleaños atrasado, al buen Cabrilla y a una carrera contrarreloj para llegar a la biblioteca, este julio he podido leer los siguientes libros:


El enredo de la bolsa y la vida - Eduardo Mendoza

Mendoza vuelve a la carga con el desconocido detective protagonista de El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras. Libros todos muy famosos, pero que yo no he leído. 

La reseña de la tapa posterior del libro dice lo siguiente:
Años después de dejar el sanatorio mental donde compartieron celda. Rómulo el Guapo le propone un golpe a nuestro protagonista. Su negativa y la misteriosa desaparición de Rómulo serán el arranque de un enredo para resolver un caso de repercusiones internacionales con la ayuda de un infalible equipo: la adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli Kakawa, conocido como el Juli, la Moski, acordeonista callejera, el repartidor de pizza Manhelik y el señor Armengol, regente del restaurante "Se vende perro". 
El libro me lo regaló una amiga con la promesa de te vas a reír un montón, es divertidísimo, te va a encantar. Esta predicción venía apoyada por los comentarios de diversos escritores aparecidos en la solapa. Así Javier Marías dice "El autor con más gracia de la literatura española en los últimos treinta años" o  Javier Cercas que afirma "Me gusta Mendoza porque me hace reír y me emociona y me hace pensar... Porque me obliga a ver la realidad de un modo distinto. Porque carece de cualquier atisbo de presunción o solemnidad". 

De este autor ya había leído La ciudad de los prodigios, Riña de gatos y El asombroso viaje de Pomponio Flato. Los dos primeros me gustaron mucho, muchísimo. Y aunque al de Pomponio no le había yo encontrado la gracia, quise darle una segunda oportunidad al humor de Eduardo Mendoza. Strike 2. El humor de este libro se me asemejó al de la película Torrente, con una crítica velada y una parodia de nuestra sociedad picaresca, pero con resultado zafio. El libro es fácil de leer y lo acabé, pero no sólo no me sacó ni una sola sonrisa, sino que, en algunos momentos,  hasta me desagradó. Como muestra contaros que el protagonista frecuenta un bar que se llama "El rincón del gordo soplagaitas" y se tropieza con un tipo que se hace llamar "Swami Pashmarote Pancha". Nada más que decir. Creo que, a partir de ahora, iré sobre seguro y me centraré en los libros serios de Mendoza.


El perfeccionista en la cocina - Julian Barnes

No había leído yo nada de este autor (ni lo conocía, para que nos vamos a mentir), pero encontré una recomendación de lectura en un blog que sigo, La mesa cero del Blasco, y le pedí a Cabrilla que me lo sacara de la biblioteca, a ver qué tal.

Lo que dice la trasera del libro:
Julian Barnes, aficionado tardío a los fogones, cuenta en esta exquisita obra sus divertidas experiencias y aventuras entre sartenes y cazuelas. Quien haya cocinado alguna vez sabe que entre la receta que aparece en un libro de cocina y el plato que uno ha preparado se puede abrir un abismo: lo primero con que se topa el cocinero aficionado son, sobre todo las dudas. ¿Cuán grande es una cebolla mediana? ¿Qué significa fuego medio? ¿Cuánto cabe en una pizca? Todo aquél para quien la cocina sea un hobby revivirá con ese libro sus esforzados intentos, maldecirá los libros de cocina y sus ilustraciones a todo color, probará salsas y contemplará desolado un suflé despachurrado. Y repetirá agradecido la resignada consigna: esto no es un restaurante. 
A pesar de que Barnes repasa diversos autores y libros de cocina que deben de ser muy conocidos en el Reino Unido, pero de los que yo, francamente, no había oído hablar en mi vida (exceptuando a Martha Stewart) y que se dedica a cocinar platos tan asquerosamente incomibles como Caballa escabechada con Martini y arándanos o alguna guarrada de estas que ingieren los ingleses (que me van a perdonar pero que no han pasado a la historia por su increíble gastronomía) el libro me ha encantado.

Es un librito corto (136 páginas) con ilustraciones clásicas de cocina y con un estilo directo, sencillo e informal. Puede que sea porque la cocina es uno de mis hobbies, pero iba leyendo los problemas con los que se encuentra el autor cuando cocina, las dudas, los peros, las frustraciones... y me sentía identificada. Con esa clase de identificación que te hace exclamar "Ohhh, no soy la única a la que le pasa eso", que te hace sentirte más ligera y ver con una perspectiva más humorística lo que hasta entonces te parecía que era el problema más grande del mundo.

Ayer en la biblioteca vi, con mucho placer, que tienen un montón de libros de Barnes, así que cogí Arthur & George, para ver si tiene una continuidad en su obra y me convierto en su fan. Ya os contaré.


La invención de Hugo Cabret - Brian Selznik

Una de las últimas veces que fui al cine pusieron el trailer de La invención de Hugo, dirigida por, nada más y nada menos, que Martin Scorsese y protagonizada por Asa Batterfield (o Bruno de El niño con el pijama de rayas), Chloë Grace Moretz y Ben Kingsley (no hace falta más explicación), entre otros.

No he visto la película, que tanto crítica como comentarios de amigos dicen que es buenísima, pero por lo que se puede deducir del trailer, Scorsese se ha basado completamente en el libro de Selznik. Acaso compensando las dudas y miedos internos de Hugo por un poco de acción y aventuras, pero nada que no sea achacable a la necesidad de hacer la película más dinámica. Como Brian Selznik, aparte de escribir el libro, lo ilustró, la película refleja fielmente los personajes (Hugo está clavado) y las ambientaciones.


Pero voy a centrarme en el libro. Es un libro gordo, de 534 páginas, de las que 284 son ilustraciones (en carboncillo, sencillamente complejas y con un aire de toma cinematográfica), por lo que se lee con rapidez.

La sinopsis que adorna la contraportada es la siguiente:
Huérfano, relojero y ladrón, Hugo vive entre los muros de una ajetreada estación parisina de ferrocarriles. Si quiere sobrevivir, nadie debe saber de su existencia. Sin embargo, un día tiene un descuido y es descubierto por una excéntrica chica, amante de los libros y por un viejo y amargado juguetero, que es más de lo que parece (y esto lo aporto yo). Y ya nada será como antes. Un críptico dibujo, un valioso cuaderno de notas, una llave robada, un autómata y un mensaje oculto del difunto padre de Hugo son algunas de las claves de un intrincado misterio.
Es un libro tierno, lleno de fantasía, de denuncia social que recuerda a Charles Dickens, donde se mezcla la literatura, la ciencia, el arte y la cinematografía, donde conviven personajes reales y ficticios. Es un libro escrito desde el punto de vista de un niño de 12 años que se encuentra solo en el mundo. Y su dolor, su miedo, su incertidumbre es palpable, al igual que sus ganas de vivir, su pasión, su tozudez y sus recuerdos. Es un libro que releeré en un tiempo porque una sola vez me ha sabido a poco. 



El asiento del conductor - Muriel Spark

Ayer salí corriendo del trabajo y fui a la biblioteca antes de que cerrara. Llevaba una lista de libros que quería coger, pero lamentablemente no había ninguno (lo que me hace pensar que, o bien los libros son muy nuevos o yo tengo un gusto muy especial), así que como no pensaba irme con las manos vacías, me puse a curiosear por las estanterías y me encontré con esta novela corta.

Muriel Spark fue una escritora escocesa fallecida en 2006, a los 88 años, con una vida bastante peculiar y excéntrica, que escribió una abundante obra donde su protagonista suele ser una mujer bastante peculiar y excéntrica. 

En esta obra la protagonista es Lise, una mujer de entre 29 y 36 años, enjuta, con labios severos, un mechón de pelo blanco en su cabello que lleva recogido con un moño, que se viste con ropa de colores psicodélicos que combina de manera imposible. Se sabe que vive en el norte (puede ser un país nórdico o simplemente Escocia, no lo dice) y que se va de vacaciones a Nápoles. Se sabe que durante el viaje se comporta de forma errática, excéntrica, llamativa e incomprensible y que está buscando al hombre que sea para ella. Se sabe que la cosa no acaba bien pero no se sabe ni cómo ni por qué. Es curioso, pero cuanto más te cuentan, menos sabes. 

La novela asusta, sorprende, abruma e incluso divierte. No sé si me ha gustado o no, pero sí sé que me ha hecho querer leer más de esta autora, para mí desconocida pero que me ha provocado una interesante sorpresa. 

3 comentarios:

  1. Buff, como te entiendo. Yo seria feliz trabajando en un librería ..... Los libros son mi perdición y los de la cuenta corriente, pero es que cada vez que paso por la librería me compraría 5, 6 ,7 libros. A mi la biblioteca no me va, he tenido malas experiencias con libros sobados, sucios y hasta muy guarros, así que ya no repito. Al iPad le saco mas partido, aun así, sigo sin encontrarle el gusto , noto la falta de peso, el pasar de las hojas ......... Sin contar lo que tardas en tener el libro en internet, por que yo cuando veo un libro lo quiero para ya ............ En fin, una ruina.

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    1. Como sé que tú también haces muchas mudanzas me puedo imaginar que más de la mitad de lo que te llevas de un lado para otro son cajas de libros. ¿O eres de las que los regalan? La verdad es que la biblioteca a la que voy yo tiene los libros muy nuevos y bien cuidados. O al menos los que yo leo, que según me cuentan no son muy populares. De los tres que me cogí el viernes ya me he leído dos y medio, así que comprar no es una opción para mí en estos momentos. Y sí, yo soy como tú, prefiero sentir el peso del libro, el sonido del paso de las páginas, el olor a papel...

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    2. No, que va, no los regalo, mis libros son mis libros y van conmigo allí donde vaya, además me gusta releerlos. Pero me viene de tradición familiar, mis padres también han acarreado libros allí donde iban, y eso que mudanzas han tenido un montón.

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