30 abril 2014

Lecturas de abril

Y abril se acaba y es hora de hacer balance de lo leído. 


1º - Cordero de Christopher Moore. Se supone que es uno de los cinco libros más divertidos de la historia y bla, bla, bla... no sé quién ha dicho esa chorrada pero, vamos, estoy totalmente en desacuerdo. Parte del hecho de que en la Biblia la vida de Jesús tiene un agujero enorme desde que nace hasta que cumple los 30 años y se pone a predicar. Así que desde el cielo quieren corregir esto y resucitan, 2000 años después, a Levi, llamado Colleja, el mejor amigo de Jesús y que no aparece en la Biblia, para que cuente qué paso durante esos años. Las salidas del tiesto, idioteces y "absurdeces" se multiplican a lo largo que avanza el libro y no me ha gustado nada de nada. ¿Queremos humor absurdo en torno a la figura del Mesías? Pues para eso está La vida de Brian de los Monty Phyton, que son casi insuperables. 




2º - Entre limones del británico Chris Stewart, ex batería del grupo Génesis. Hace poco más de 2 décadas decidió dejar toda su vida en Inglaterra y comprar un cortijo semi derruido en las Alpujarras granadinas, donde se fue a vivir con su mujer, Ana. El libro habla sobre ese viaje, tanto interior como exterior, los choques culturales, los paisajes, los habitantes de la zona tanto autóctonos como foráneos, los avances en la reconstrucción del cortijo, la plantación del huerto, la ganadería... El libro es curioso pero de una condescendencia irritante. Stewart ama todo lo español, pero lo critica como un padre criticaría las idioteces que hace su hijo pequeño. 

Hace 25 años en España arábamos con mulas, no sabíamos lo que era una esquiladora mecánica, las personas mayores de 50 años no sabían leer ni escribir, eramos todos unos engañadores, los médicos confundían las piedras en el riñón con un cáncer de vesícula mortal, nuestra alimentación rayaba lo prehistórico... En fin, que está escrito para los británicos, que les gusta mucho eso de viajar a otros países y decir eso de "me encanta, qué pintoresco, pero menudos trogloditas están hechos estos (añádase nacionalidad) y qué valiente soy al meterme en esta leonera". La fórmula le sirvió a Paul West y la fórmula le ha servido a Chris Stewart, que tras este libro escribió El loro en el limonero

Lambsister se leyó también el libro y no le dio esa impresión, así que puede que sean imaginaciones mías. Si alguien lo ha leído, me gustaría cotejar opiniones.



3º - Epiléptico. La ascensión del gran mal del dibujante francés David B. Es una de estas novelas gráficas que yo suelo leer y que, en este caso, me prestaron (últimamente me prestan tantos libros que ya no tengo que ir a la biblioteca). Tiene cerca de 400 páginas y se puede decir que no es un libro bonito. Es interesante, me hizo pensar, me dio yuyu en algún momento y me gustó en otros, pero bonito no es. 


Es una novela autobiográfica donde David B. cuenta cómo influyó la epilepsia de su hermano mayor en el desarrollo de su infancia y adolescencia (del autor, no del hermano). Y lo cuenta sin tapujos, sin paños calientes, de forma cruel en ocasiones, de forma tierna en otras. Es un libro valiente y, creo yo, que terapéutico, porque se ve que este señor tenía mucho guardado con este tema. Ahora bien, no sé cómo le afectó familiarmente la creación del libro, porque tuvo que remover mucha arena. 

Esta obra se considera una de las más importantes de los años 90 (fue escrita y dibujada entre 1996 y 2003). Quizás porque utiliza mucha simbología en sus dibujos o porque estos son una parte más del relato (cuenta tanto o más el dibujo que el texto). Sea como sea no creo que deje a nadie indiferente. 

Como curiosidad decir que este autor fue la mayor influencia de la iraní Marjane Satrapi, conocida mundialmente por "Persépolis".

4º - Novecientos de Alessandro Barico, autor italiano creador de la bonita historia de Seda. Una de las cosas que más me gustan de este escritor es que sus libros son breves. Pocas historias necesitan más de 500 páginas para ser contadas, así que, por favor, escritores y escritoras, no os empeñéis en gastar papel y tiempo en hacer obras eternas que dicen mucho y cuentan poco. 

Pero volvamos a la obra en cuestión. Novecientos es un monólogo teatral que nos cuenta que, a finales del S. XIX y principios del S. XX, en un barco de pasajeros que se dedicaba a hacer la ruta Europa-América y viceversa, había un pianista estadounidense que tocaba en la orquesta que amenizaba el viaje a los pasajeros (de primera clase, desde luego). Un día, el pianista encontró, dentro del barco, una caja con un bebé dentro y decidió adoptarlo y ponerle el extraño nombre de Danny Boodmann T.D. Lemon Novecento. Danny Boodmann porque era el propio nombre del pianista. T.D Lemon porque era lo que aparecía en la caja en la que fue encontrado. Y Novecento porque era el siglo que acababa de terminar. 

La vida de Novecento está marcada por dos elementos. El primero es que se convierte en un pianista extraordinario (tanto que la gente hace el recorrido en barco sólo para escucharle). El segundo es que, primero porque no tiene papeles y después por costumbre, Novecientos tiene casi 30 años y nunca ha bajado del barco. El resto hay que leerlo. 

Y, para los menos lectores o más cinéfilos o ambos, informaros que Giuseppe Tornatore (el director de Cinema Paradiso) llevó al cine la historia con Tim Roth como Novecento (no le pega nada, por cierto). No he visto la película, pero por el trailer me da la sensación de que no le hace justicia al libro. Leed, ved y determinad.



5º - Sabor a chocolate, del músico malagueño José Carlos Carmona, es uno de estos libros de los que nunca había oído hablar, de los que no esperaba nada y de los que me dejaron muy buen sabor de boca (como su título indica). En su momento no me di cuenta (conscientemente), pero ahora que reflexiono para poder escribir esto, me doy cuenta de que está contado como si fuera una canción. Incrementando y desacelerando el ritmo según el momento y con transiciones y pausas cuando la historia así lo solicita. 

Es una historia de amor donde se mezcla la música y obviamente el chocolate. Es la historia de Adrian Troadec (Suiza - principios del S. XX) que se enamora de una joven cuando la ve salir de clase de música y que se traza un plan (a laaaaargo plazo) para conquistarla. Un día descubre que a ella le encanta comer dulce cuando acaba un concierto y él decide abrir una tienda de chocolates y posteriormente crear la primera fábrica de chocolates de Suiza, a ver si por el estómago la conquista. Por el medio, o más bien por el fondo, se producen dos guerras mundiales y un montón de acontecimientos que hacen que su plan se complique. 

De este libro, y eso no me pasa muy a menudo, me gustó tanto lo que cuenta como cómo lo cuenta. Lo recomiendo. 

6º - Últimamente estoy muy perezosa para leer libros en inglés, pero éste, como me lo prestó Farfalla y como lo tenía a la vista desde hacía tiempo decidí abordarlo. Minding Frankie [Cuidando a Frankie] de la irlandesa Maeve Binchy es la historia de un barrio de Dublín o más bien de sus habitantes. Y cómo todos se movilizan para cuidar a Frankie. Pero, ¿quién es Frankie? Antes de conocer a Frankie hay que conocer a Noel. Noel es un joven de veintitantos, alcohólico, eremita, sin ninguna esperanza ni planificación vital y que aún vive con sus padres. En la vida de Noel se dan dos acontecimientos que le dan la vuelta a su vida. El primero es que llega una prima de EE. UU. a quedarse una temporada en casa. El segundo es que recibe una llamada de teléfono de una chica con la que tuvo una noche de sexo y alcohol y que le informa de que tiene un cáncer terminal, de que está a punto de dar a luz y de que la hija que espera (Frankie) es de él. 

La llegada de Frankie al mundo hace que Noel tome su vida por los cuernos y decida no malgastarla, pero ¿quién confía en un personaje como él para ser el responsable de una criatura? Él no y la malvada trabajadora social que le quiere quitar la custodia tampoco (¡qué jartera con la imagen de la trabajora social tipo señorita Rottenmeier con menos corazón que una piedra!). Quien sí que confía es Emily, la prima estadounidense, que organiza el tinglado en un momento para que todos los vecinos se impliquen en ayudar a Noel con el cuidado de Frankie. 

Es una novela fácil de leer, con una visión muy optimista del ser humano y con momentos muy tiernos (yo acabé llorando como una muffin, no os digo más). Una buena elección para no dejar de lado mi inglés.

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