08 julio 2013

Hasta la vista, babies


Cuando esta entrada se publique, estaré ya de viaje hacia mi destino vacacional. Me resulta raro eso de cogerme vacaciones. Más que nada porque hace casi 3 años que vivo sin ellas y como que uno se acostumbra a no parar. Me resulta tan raro que hasta tengo un poso de remordimiento por estar disfrutando en vez de produciendo. Sé que no debería. Que es una tontería. Que las vacaciones son necesarias porque con ellas recargas pilas para seguir luego trabajando y afrontando los problemas cotidianos. Pero qué puedo decir, saberlo no hace que la culpa desaparezca. Ahora, que tampoco me dejo batir por ella, así que la estoy metiendo en un cajón, donde van las cosas que no me voy a llevar. 

Van a ser quince días. En el extranjero. Visitando a un gran amigo al que echo de menos. Van a ser quince días sin conexión a internet, sin móviles. No voy a contar el destino hasta que vuelva. 

Sólo dos pistas. 

Es exótico y no es Mongolia. 

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