25 junio 2012

La histeria de Jolly Molly

Al final, como el sábado tenía el día un poco superficial, decidí no comerme mucho la cabeza e ir a ver alguna película ligera y, a ser posible, divertida. La elegida fue Hysteria, una comedia "romántica" ambientada en el Londres de 1880. 

Es la historia del doctor Mortimer Granville (protagonizado por Hugh Dancy o el ligeramente autista Adam de la película del mismo nombre), que es despedido de todos sus trabajos por tener ideas revolucionarias en torno a la medicina (como, por ejemplo, el creer que existen unos minúsculos seres que enferman a la gente llamados gérmenes y de la importancia de la higiene para deshacerse de ellos). Finalmente encuentra trabajo en una consulta privada dirigida por el doctor Dalrymple que se dedica a aliviar los efectos de la histeria que sufren casi todas las mujeres. La histeria definida como toda manifestación física (retención de líquidos, espasmos musculares...) o psíquica (insomnio, ansiedad, tristeza...) que tienen las mujeres y que es incomprendida por los hombres. Para tratar de ayudar a las mujeres que pasan por su consulta, el doctor Dalrymple les aplica un masaje digital para relajar la vulva. No hacen falta más explicaciones, ¿verdad?

El doctor Granville se une a esas prácticas, teniendo tanto éxito que comienza a sufrir espasmos en su mano derecha (obviamente era diestro), lo que le dificulta la realización de su trabajo. Le dificulta tanto que finalmente es despedido por no poder satisfacer las necesidades de las pacientes. Sin embargo, jugando con un aparato eléctrico que su amigo St. John-Smythe (interpretado por Rupert Everett), un excéntrico millonario fascinado por las nuevas tecnologías, acaba de construir, se le ocurre la idea de construir un estimulador vaginal eléctrico que cure todas las manifestaciones de histeria. 

Después, por ahí entran las dos hijas del doctor Dalrymple, una independiente sufragista-socialista (Maggie Gyllenhaal) y la otra sumisa y callada (Felicity Jones) y se asoma tímidamente el tema de las clases sociales, de la independencia de las mujeres y la igualdad entre hombres y mujeres, del choque entre el mal llamado tradicionalismo (digamos más bien ignorancia y prepotencia) y los avances tecnológicos y científicos, y por supuesto el amor y las relaciones de conveniencia.



Las principales críticas que ha recibido la película son, por un lado, que a pesar de que el tema da tanto juego se ha abordado desde un punto de vista muy comedido y conservador. Y, por otro, el hecho de que se centre más en aspectos banales que en temáticas sociales tan relevantes y serias como las antes mencionadas. Bueno, no estoy de acuerdo con esas críticas. Sí, se podría haber hecho una película más loca, más extrema y sí, se podría haber hecho más hincapié en esos temas tan importantes pero tan dejados de lado, pero, en mi opinión, la película es comedida porque la sociedad londinense de finales del S. XIX era muy comedida y muy flemática y esos temas no se trataban ni con profundidad ni con ligereza, así que tal y como está la historia me parece más creíble. Y no pasa nada por no hacer una película profunda, de hecho se agradece, de tanto en tanto. Además, seamos sinceros, todas las risas que te saca la cinta (que a mí, al menos me sacó), hubieran estado ausentes si la directora (Tanya Wexler) se hubiese adentrado más en temas de luchas sociales, que son importantes, no voy a decir que no, pero, admitámoslo, nada divertidos. 

La película pasará sin pena ni gloria a los anales de la historia, pero me dio lo que yo buscaba en ese momento: una historia ligera y divertida que me hiciera evadirme por más de hora y media. Y para mí, eso ya vale. Así que si estáis en un momento de no pensar, esta película es una buena elección.

Por cierto, el aparato acabó llamándose Jolly Molly (en la película lo mal doblan como Molly Piruleta cuando en realidad es la alegre Molly) que es el apodo de una ex-prostituta que es la primera mujer en tener el placer de probar el invento eléctrico. Mucho mejor Jolly Molly que vibrador o consolador (a mí este último nombre me da hasta tristeza, no os digo más). 

23 junio 2012

Cine a 3 euros

Ayer me dieron una gran alegría que compensó el hecho de que me perdiera la excursión a Madrid. Me enteré de que los cines Golem Baiona y Yamaguchi están de 30 aniversario, y que, por eso, hasta el 28 de junio todas las entradas (menos 3D) costarán 3€. Y me he dicho, pues ¡hala! desde hoy y hasta el jueves de la semana que viene, todos los días al cine. 

Hace un rato, mirando la cartelera para decidir qué película voy a ir a ver, toda mi alegría se ha ido por el desagüe. NI UNA sola película en versión original. No es que Pamplona sea el paraíso de las películas sin doblar, pero Yamaguchi siempre tiene una en versión original (lo que en muchas ocasiones se convierte en el criterio de elección de película, aunque parezca muy snob y bastante estúpido). Bueno, pues esta semana no. 

Y yo quería ir a ver la de Las chicas de la 6ª planta, que me la ha recomendado una compañera de trabajo con la que suelo coincidir en gustos y está en cartelera. Pero hace un par de semanas, yendo para Santander, escuché una crítica en la radio en la que recalcaban que esta película hay que verla en versión original, que si no pierde mucho. Y es que las cintas en las que el idioma es un personaje más (Spanglish, Dame 10 razones, Modern Family, que se me ocurran ahora) si se ven dobladas pierden buena parte de su esencia. En fin, ya veré lo que hago. 

Mientras tanto os dejo los trailers de la película, tanto en v.o. como dobladas y me decís qué opináis. La verdad es que en la versión doblada todos los franceses suenan a Pepe le Pew y queda, muy, pero que muy raro, que las actrices españolas no se hayan doblado a si mismas.

                                         
                                          Tráiler doblado



                                          Tráiler subtitulado

22 junio 2012

Tuve un sueño

Me despierto. Me levanto. Me ducho. Me preparo y me bebo un zumo de naranja. Meto la bolsa de aseo y un libro en la mochila, para el viaje. Le dejo preparada suficiente agua y comida a Calcetines para tres días y me despido de él. Bajo a la calle. Me acerco hasta la parada de la villavesa y la cojo hasta la estación de autobuses. Miro en qué andén está el autobús que me lleva a Madrid. Subo a él. Me despierto. Miro el reloj. Son las 10 de la mañana. ¿Son las 10 de la mañana?, ¿son las 10 de la mañana? Joer, joer, joer. Son las 10 de la mañana. He perdido el autobús para ir a Madrid. No oigo nada. Joer, joer, joer. Me he quedado sorda. Escucho a Calcetines. No, no me he quedado sorda. Se me ha taponado el oído y no he escuchado el despertador. ¡Mierda! Voy a la estación de autobuses. No me cambian el billete. Tengo que comprar otro. El siguiente autobús es a las 16:30 hrs. que llega a Madrid a las 21:30. ¿Vale la pena 10 horas de viaje en autobús y dos billetes para estar un día y medio allí? No. Me quedo en Pamplona. Otra vez. Me enfado conmigo misma. Me enfado con mis sueños, por ser tan reales. Planifico mi siguiente viaje. Con salida después del mediodía. Desde luego. 

21 junio 2012

Me voy a la capi

Ya está, ya terminó el curso escolar y puedo tomar un breve respiro. Hasta el lunes, que comienzan las actividades de verano. Pero no pensemos en eso. Pensemos en mañana. 9:30 am. Estación de autobuses. Viaje a Madrid. Dos días que no han empezado y que ya me saben a poco. 

Yo soy una chica provinciana, de ciudad pequeña, casi pueblerina. Así que para mí ir a la capital es toda una aventura. Durante años odié ir a Madrid. Era llegar y sentirme atacada, como estar en una jungla y no parar de oír bichos peligrosísimos que iban a por mí. El año pasado le empecé a coger el gustillo a la ciudad, y todo comenzó cuando descubrí que era el hecho de ir en coche lo que me estresaba. A partir de entonces autobús o tren y a disfrutar de la gran ciudad, de su oferta cultural ilimitada, del reencuentro con amigos a los que adoro y a los que apenas veo, de los brunch, el vermouth y tapa de antes de comer, la terracita de media tarde, los paseos, los escaparates de tiendas de lo más variado, el metro... 

Y entonces pienso que se acerca la Noche de San Juan y que otra vez me perderé las hogueras en la playa de El Sardinero y que quizás este año las salte en la Plaza España. Y sin saber cómo me encuentro cantando: 
Que quieres que te traiga,
que voy a Madrid.
Que quieres que te traiga,
que voy a Madrid.
No quiero que me traigas,
no quiero que me traigas,
que me lleves sí,
que me lleves sí.
Al pasar el trébole, el trébole, el trébole
al pasar el trébole
la noche de San Juan
Al pasar el trébole, el trébole, el trébole
al pasar el trébole
los mis amores van. 
Y aún me siento más provinciana y me imagino a mí misma en la Gran Vía, mirando patidifusa a todos y a todo, como Paco Martínez Soria en "La ciudad no es para mí". Y me hago gracia.

Este viaje también es de desconexión tecnológica, así que hasta el lunes no creo que dé señales de vida. Espero tener, entonces, material fresco para el blog. Hasta entonces buenas noches y pasad un provechoso fin de semana.

20 junio 2012

La venganza de los bolsillos

Erase una vez un bolsillo que, harto de sentir cómo los humanos abusaban de él, decidió tomar cartas en el asunto. Así que fue armario por armario, percha por percha, cajón por cajón, repitiendo la misma proclama:

Queridos compañeros de sufrimiento. ¿No estáis hartos de que os sobrellenen con llaves, móviles, carteras y demás cachivaches pesados? ¿No estáis asqueados de que los humanos os utilicen como toalla para secar sus manos sudorosas o como calefación cuando las tienen congeladas? ¿No os fastidia que os usen como papeleras para acumular todo tipo de papel, en su mayor parte inservible, y que además se olviden de sacarlo cuando os lavan, con el resultado de que os quedáis con más pelo que un gato de angora? ¿No os repatea que os confundan con una hucha y se dediquen a abarrotaros con todo tipo de calderilla? ¿Nos os indigna que os metan bolígrafos que pierden la tinta, chocolatinas que se derriten, caramelos que se quedan sin su envoltura y demás asquerosidades que van en contra de todas las normas internacionales de higiene?
Si os sentís identificados con lo que oís y no estáis dispuestos a aguantar más atropellos, uniros a la ABC, la Asociación de Bolsillos Cabreados. Porque desde la ABC os animamos a revelaros y vengaros por todas las tropelías cometidas contra nosotros. Porque desde la ABC os enseñaremos cómo darles para el pelo a esos humanoides pretenciosos que nos ningunean, cuando en realidad no sabrían vivir sin nosotros. 
Y para ello os proponemos que, a partir de ahora, hagáis desaparecer todo lo que los humanos pongan dentro de vosotros. Se volverán, así, locos buscando esos preciados "tesoros" que acumulan sin orden ni concierto. Se desesperarán, se tirarán de los pelos, se darán cuenta de que con nosotros no se juega. Hasta que, finalmente, recuperemos nuestro lugar en el mundo, nuestra dignidad, nuestro orgullo. A partir de ahora la lucha comienza.

Y todos los bolsillos de pantalones, faldas, camisas y demás prendas de vestir despertaron de su letargo, dándose cuenta de que ese bolsillo tenía razón, de que todos habían estado viviendo las mismas injusticias, una y otra vez, y de que todos juntos podrían cambiar el curso de los acontecimientos. Luego, poco a poco y con el tiempo, el ardor guerrero fue desapareciendo y los bolsillos comenzaron a caer en el mismo sopor de antaño. Pero aún, de cuando en cuando, queda algún rebelde que lucha contra la opresión y cuando eso pasa, los humanos no encontramos en los bolsillos lo que te juro que lo puse ahí dónde narices se puede haber metido, que necesito esos 20€ para llegar a fin de mes. 

16 junio 2012

Las cosas sólo pueden mejorar

Porque no se puede aguantar mucho en la oscuridad sin volverse uno loco. Y la apatía y el pesimismo se autoalimentan hasta que agotan al ser que habitan. Y la mala leche cansa mucho. Y la mochila de las preocupaciones pesa más y más a cada paso que se da. Y porque en mi lucha interna entre optimismo y pesimismo, siempre gana el optimismo. Por eso, pienso que las cosas sólo pueden mejorar. 

En mi baúl de música del pasado, encontré la canción "Things can only get better" del grupo irlandés D:Ream, que sonó con fuerza en 1994. No sé lo que motivó a Peter Cunnah a escribir la letra, probablemente una desilusión amorosa, pero creo que, a excepción de la última línea, la canción puede servir de himno para el momento político y económico en el que nos encontramos. 

No soy yo muy seguidora de los libros y discursos denominados de autoayuda, así que no me tomo la canción como una filosofía de mejora personal ni nada por el estilo. Sólo subo el volumen, brinco como una posesa y me desgañito cantando "things can only get better". Y durante esos cuatro minutos de buen rollo, de energía y de dispersión, pienso "las cosas sólo pueden mejorar". 



Dejo la letra para el que la quiera cantar: 

You can walk my path 
You can wear my shoes 
Let her talk like me 
And be an angel too 

But maybe 
You ain't never gonna feel this way 
You ain't never gonna know me 
But I know you... 

Teach you now that 
Things can only get better 
Can only get, can only get 
They get on from here 
You know, I know that 
Things can only get better 

I sometimes lose myself in me 
I lose track of time 
And I can't see the world's formed trees 
You set them alight, burning the bridges as you go 
I'm too weak to fight you 
I got my personal health to deal with 

And you say 
Walk my path 
Wear my shoes 
Talk like me 
I'll be an angel and 

(CHORUS:) 

Things can only get better 
Can only get better 
Now I've found you 
(That means me) 
(Will you teach me now) 
Things can only get better 
Can only get better 
Now I've found you 
And you and you... 

You... show me prejudice and greed 
You show me how 
I must learn to deal with this disease 
I look at things now 
In a different light than I did before 
I found the cause 
And I think that you could be my cure 

And you say 
Walk your path 
Wear your shoes 
Talk like that 
I'll be an angel too 

(chorus)

Things can only get, can only get 
Things can only get, can only get 
Things can only get, can only get 
Things can only get, can only get 

(chorus)

13 junio 2012

I love English

Bueno, pues nada, que ya terminé los exámenes. La semana pasada los de la UNED, que gracias a mi procrastination y a pesar de haber cruzado todos los dedos de las manos y de los pies, no me salieron muy peregrinos (¡nos vemos en septiembre!). Y hoy el de inglés. ¿El de inglés? Sí, sí, que ya sabéis que soy una optimista y una llenaespacios, así que minuto que tengo, minuto que ocupo, y qué mejor que poniéndome al día con la lengua de Shakespeare. 

El caso es que hace unos años mi inglés no era demasiado malo, pero ¿qué pasa cuando uno deja aparcado al conocimiento? Pues que el conocimiento se aburre y decide irse a dar un paseo y claro, cuando lo necesitas pues lo llamas y lo llamas pero no hay tu tía de encontrar al prófugo. Así que hace un par de años, cuando trabajaba en la ONU y me preguntaron por mi inglés yo dije que estaba en plena forma, que gracias. ¡Ja! Qué esfuerzos me tocó hacer para que nadie se diera cuenta de que el caradura se había ido a tomar el aire. Así que el año pasado, y aprovechando que tenía profesor nativo en el trabajo, me dije, Lamb, de este año no pasa. Y para que no te me rajes, te apuntas para hacer un examen de Cambridge, pero uno difícil, de los que te obliguen a esforzarte. Así que me apunté al Advanced o nivel C1, también llamado avanzado o a lo que te piden si quieres ir a estudiar a una universidad inglesa. 

El examen fue esta mañana (y para los que alegan que los españoles no tenemos ni idea de inglés decirles que éramos más de 300 personas examinándonos). Y ahora estoy agotada, porque aún no sé si valoran el inglés que sabes o tu resistencia física y mental. Os cuento cómo ha sido el examen y sacáis vuestras conclusiones. 

Nos citaron a todos a las 8:15 porque el examen comenzaba a las 8:30. Con esa puntualidad británica que les caracteriza acabamos comenzando a las 8:45. ¿Ein? 

Primera prueba: Reading o también llamado comprensión lectora. 1h15m para leer seis textos (de entre media y una página) y contestar a 34 preguntas. 
Los temas no eran demasiado aburridos (si no recuerdo mal eran tres sobre distintos aspectos del lenguaje, uno sobre un viaje a Groenlandia, otro sobre rafting en Tasmania y el último sobre hijos que continúan con los negocios de los padres) así que no se hizo demasiado pesado. Me sobraron 15 minutos. Teniendo en cuenta que al principio los nervios no me dejaban concentrarme, no está mal.

15 minutos de descanso.

Segunda prueba: Writing o redacción. 1h30m para escribir dos textos. Uno de entre 180 y 220 palabras y el otro de entre 220 y 260 palabras. El primero era escribir una propuesta al director de una universidad para darle sugerencias de qué incluir en la construcción de un nuevo hostal (un rollo patatero, por cierto) y el segundo, el largo, te dan cinco opciones a elegir. Al final yo escribí un artículo para una revista en la que contaba una experiencia que me cambió la vida y daba consejos a la gente que estuviera viviendo la misma situación que yo. Mejor, más creativo. 

10 minutos de descanso.

Tercera prueba: Use of English o gramática. 1h para hacer cinco partes. Que si textos a los que le faltan palabras, que si te dan una palabra y tú tienes que convertirla en un nombre, adjetivo, adverbio o lo que sea, que si vocabulario, que si reconstruye esta frase utilizando la palabra que te damos. Andaba yo un poco acojonadilla con este tema porque era lo que peor llevaba, pero al final no salí ni tan descontenta.

10 minutos de descanso.

Cuarta prueba: Listening o comprensión auditiva. 40 minutos para hacer cuatro partes. Mal, fatal, requetemal. Supongo que es que eran ya las 13:30 y llevábamos 5 horas de examen, porque si no no me lo explico. Se oía bien y no era tan difícil de entender, pero es que no encontraba lo que me preguntaban por más que lo intentara. ¡Uac!

Carrera escaleras arriba. Sin descanso.

Quinta prueba: Speaking o expresión oral. 15 minutos en parejas. No tuvimos tiempo ni para tomar el aliento, directamente al examen y el tipo nos comienza a bombardear a preguntas. Que como te llamas, que de donde eres, que qué haces en Pamplona, que cuál serían tus vacaciones ideales (unas reales y largas, para empezar). Después que si te pongo tres fotos y háblame de dos y luego lo mismo a mi compañero y pregunta para mí para ver si estaba atenta. A continuación seis fotos y que si habléis entre vosotros sobre el tema que os digo y poco más. Gracias por venir y buenas tardes. 14:40 hrs. 

¿He aprobado? Ni idea. Habrá que armarse de paciencia y esperar hasta el 25 de julio. Pero lo mejor, como en casi todos los exámenes, es que ya se ha acabado. Ahora a asaltar la biblioteca. 

11 junio 2012

Sonríe. Es gratis

La crisis se puede llevar nuestras vacaciones, la cerveza y pintxo con los amigos, los caprichos. Nos puede quitar el trabajo, nuestra casa, los ahorros de toda la vida. La crisis puede acabar con nuestro estado de bienestar, nuestro sistema sanitario universal, nuestra educación pública gratuita y de calidad, nuestro sistema de pensiones solidario, nuestros servicios sociales. Puede elevar la tasa de pobreza, la de paro, la economía sumergida, la violencia, el fraude, el imsomnio. Puede incrementar los impuestos directos e indirectos, la emigración, la asistencia a comedores sociales, el abordaje de los contenedores de basura. La crisis puede provocar todo esto y más y nosotros, individualmente, poco o nada podemos hacer para evitarlo. Simplemente está fuera de nuestro control.

La crisis también puede aniquilar nuestra esperanza, nuestra alegría, nuestras iniciativas, nuestros valores. Puede exterminar nuestra educación, nuestra solidaridad, nuestro buen humor. Puede destruir nuestros sueños, nuestros planes de vida, nuestras ganas de luchar, de disfrutar, de vivir. La crisis puede gestar frustraciones, enfados, angustias, desánimos, apatía. Pero todo esto sí podemos evitarlo. Sí podemos controlarlo.  

Desde hace un par de años, unos meses, unas semanas, vas por la vida con esta gran espada de Damocles pendiendo sobre tu cabeza, día y noche. El miedo te paraliza, la incertidumbre te abruma, la sensación de haber sido engañado te enoja. Y dejas de sonreír, de pedir las cosas por favor, de ser amable con los clientes, los vecinos, los que esperan en la cola del banco o con el panadero, la cajera de supermercado, el repartidor de publicidad o la conductora de autobús. 

No lo hagas. Ellos son tú. Tienen la misma espada amenazándoles. Tienen su dosis de mal rollo en su día a día, en los medios de comunicación, en las conversaciones de ascensor. No necesitan tu aportación de mala leche, ni tu cara de perro cabreado, ni tus malas maneras, ni tus palabras malsonantes. Necesitan algo de optimismo, algo de respeto, algo de alegría, algo de simpatía. Y eso, pese a la crisis, sí se lo puedes dar, porque no te cuesta nada. Sonríe. Es gratis y es contagioso.  

10 junio 2012

Sí, pero no. Pero sí.

Te quise cuando llegaste a mi, tan nuevo, tan brillante, tan negro. Te odié cuando tuve que pagar un dinero que no tenía para tenerte. Te quise cuando me llevabas, día tras día, a trabajar. Te odié cuando me tuve que separar de ti, pero te tuve que seguir pagando. Te quiero porque siempre que deseo desaparecer por el mundo, tú me acompañas. Te odio cada vez que te tengo que alimentar con una comida más cara que la mía. Te quiero cuando te pongo música y me haces sentir que estoy fuera de la realidad. Te odio cada vez que he quedado con alguien y no encuentro dónde dejarte. Te quiero porque me has sacado de muchos apuros. Te odio por cada achaque que tienes y lo que eso me supone económicamente. Te quiero porque el tenerte me hizo sentirme mayor y madurar. Te odio porque tengo que pagar por tu seguro de vida cuando yo no tengo uno propio. Te quiero porque eres mi cucaracha, de cuerpo negro y corazón rojo. Te odio porque quisiera prescindir de ti y hay algo que me frena de hacerlo. Te quiero porque, la mayoría de las veces, me haces la vida más fácil. Te odio porque a veces me la complicas. 


06 junio 2012

Hacienda somos todos... aunque algunos más que otros (II)

Hace unas semanas hablé de mi última cita amorosa con Hacienda. Tensa, dolorosa, frustrante... También conté que ese "roce" era el último pero no el único con las administraciones recaudadoras, así que hoy voy a hablar de mi relación con su hermana, la Seguridad Social, que social no sé si se será, pero seguridad da cada vez menos. Bueno, la cuestión es que soy autónoma. Desde hace un año, concretamente. 

Como información de interés la oficina para darse de alta como autónomo en Pamplona es: 

Tesorería General de la Seguridad Social 
C/ Monasterio Zamarce, 3
31011 PAMPLONA/IRUÑA(NAVARRA )
Teléfono(s):             948 267312       
Nº de Fax: 948 268577 
navarra.administracion.2@tgss.seg-social.es 

En estos momentos de crisis, el Gobierno arenga a los ciudadanos a que se conviertan en emprendedores y en creadores de autoempleo, porque es bonito, fácil, conveniente y te sacará de la crisis. ¡Y yo tengo un unicornio verde en el jardín de mi casa, no te fastidia! Ser autónomo es un engaño, un abuso y un sacaperras. 

Un autónomo no tiene paro si el negocio se va al garete. Un autónomo tiene que pagar la misma cuota a la Seguridad Social independientemente del dinero que gane, y en época de crisis la mayoría de los autónomos van a ralentí, así que a veces la mitad del sueldo se te va en pagar la cuota. Esa cuota es de 254 euros mensuales si cotizas por lo mínimo, que son 850€, para que se te quede una pensión de unos 600 euros brutos al mes cuando te jubilees. Un autónomo no tiene baja laboral. Primero, porque si trabaja en una pequeña empresa no habrá nadie que le cubra, por lo que pierde dinero si se enferma o accidenta. Segundo,  porque para cobrar la baja laboral tienes que pagar un plus a la Seguridad Social, lo que cada uno tiene que valorar si le compensa. 

¡Conviértanse en emprendedores o tírense por un puente, al fin y al cabo ambos casos se pueden considerar suicidios!

Dicho esto vuelvo a lo mío. 

Voy y me hago autónoma (porque no me queda otra, desde luego) y en la Seguridad Social me comentan que por ser mujer y menor de 35 años tengo una bonificación de la cuota del 30%, por lo que en vez de pagar 254€ pagaré sólo 178€. Esta bonificación dura 30 meses y como en 2009 ya estuve dada de alta como autónoma durante 6 meses, pues sólo me quedan 24 meses de bonificación. Hasta aquí todo bien. Llega enero y mi cuota pasa de 178€ a 254€, así que vuelvo a la Seguridad Social a ver qué ha pasado, a ver si con esto de la nueva Ley del Trabajo les ha dado a todos un aire y nos han quitado las bonificaciones para que seamos emprendedores de verdad, de los que salen adelante por huevos. 

Pues no, peor, ¡mucho peor! 

Hola, buenos días, venía porque hace seis meses me di de alta y bla, bla, bla, y bueno, resulta que me han subido la cuota y no sé por qué. Sí, verá, es que ya no tiene bonificación. ¿Cómo que no tengo bonificación? Me dijeron que era de 30 meses y he gastado 12 en total. Sí, pero es que la bonificación se cuenta desde el primer día que se da de alta como autónomo y en enero se han cumplido ya los 30 meses desde que se dio de alta en 2009. Ya, pero durante esos 30 meses 18 no he estado dada de alta. Sí, sí, ya lo sé, pero la bonificación sigue corriendo, es cosa suya que se haya dado de baja y no la aprovechara. A ver, no es cosa mía que me haya dado de baja. Me di de baja porque no tenía trabajo ni paro. Me parece inaudito lo que me dice. De hecho me parece una tomadura de pelo. No, no, si yo la entiendo, pero es lo que hay. 

Aquí podría dejarme poseer por mi alien interior, echar espumarajos por la boca, gritar, protestar, golpear las paredes, tirarme de los pelos, llorar desconsolada, escribir pancartas y salir a la calle, donde probablemente me tirarían huevos podridos y tomates por ser una "empresaria explotadora" pero para qué, si es lo que hay. Así que he decidido seguir en mi momento zen, ahorrarme el dinero de un psicólogo y aceptar que es lo que hay. Por el momento. 

05 junio 2012

EE.UU. is different

No veas tanto la tele, que es malo, que se te queda la cabeza cuadrada, que te vas a quedar ciega, que por qué no sales a jugar, o mejor aún a estudiar que mañana tienes un examen. Y tenía razón mi madre, pero también es cierto que con la tele se aprende muchísimo. Yo, por ejemplo soy una adicta a las series. Antes estadounidenses y dobladas, porque era lo único que había, ahora amplío el rango geográfico y las veo en versión original, así tengo la excusa de que estoy haciendo oído. Bueno, la cuestión es que después de años y años de ver series, sobre todo policiacas y de crímenes, he adquirido una serie de conocimientos sobre la sociedad estadounidense y su cultura que me llaman tanto la atención que tengo que compartirlos: 

1 - Hacen un extraño uso de la luz eléctrica. 
Si ves cualquier película o serie estadounidense te das cuenta de que, o bien hacen un uso desmesurado de la energía eléctrica, como cuando decoran las casas en Navidad como si estuvieran en una convención de luciérnagas retro o bien no tienen luz eléctrica en toda la puñetera casa. Esto pasa, sobre todo, cuando la casa es el escenario o posible escenario de un crimen. Los policías siempre, siempre, entran con una linterna encendida. A veces le dan al interruptor, pero con desgana, porque saben que no va a funcionar. Y otras ni tan siquiera lo intentan. O los de la compañía eléctrica cortan la luz a la primera de cambio o en EE.UU. todos los ladrones y asesinos han estado en la escuela de electricidad para saber cortar la energía (y no me refiero a bajar el interruptor de los plomos, que eso allí no se lleva). 

2 - No hay timbres.
Tú vives en España y si alguien te va a visitar (un amigo, la policía, el cartero, los Testigos de Jehová...) llaman al timbre, que para eso está. Y además esperan, porque entienden que no estás agazapado detrás de la puerta esperando a que alguien llame, sino que puedes estar en el baño, en la cocina, viendo la tele o donde te de la gana. En EE.UU. no hay timbres y si los hay son de adorno porque todo el mundo llama a la puerta con los nudillos, que los deben de tener de acero para que el que está dentro lo oiga. Y si a los dos segundos no aparece nadie entonces empiezan a aporrear la puerta como si la fueran a echar a abajo. Y entonces uno se pregunta cómo demonios pudieron llegar a la Luna. 

3 - La madera es de baja calidad.
Que sí, que tienen unos bosques impresionantes, con sus pinos, sus abetos, sus secuoyas milenarias, pero para qué si luego tienen unos muebles, unas puertas y unas paredes que dan asco. Yo cuando veo que los polis o los malos pegan patadas a las puertas y las parten a la mitad me dan ganas de invitarlos a España, a ver si son tan gallitos y parten una puerta de casa, de las que tiene casi todo el mundo, en dos. Y qué me decís de cuando el tipo se enfada y le pega un puñetazo a la pared y le hace un agujero. Pero, ¿qué mierda de pared es esa? Si yo en mi casa necesito una broca del 8 para poder colgar un cuadro. No me extraña que luego venga una tormenta y la casa se vaya al Estado de al lado. Y bueno, de los muebles ni hablamos, porque los únicos carpinteros buenos deben ser los pájaros. Un par de borrachos en un bar se pelean, uno coge una silla y se la estampa al otro, contra la crisma, haciéndola astillas. A ti te dan en España con una silla en la cabeza y tú acabas con derrame cerebral, pero la silla apenas se queda con una muesca. 

4 - El pelo se autodestruye
No voy a decir que no se les cae el pelo, porque Bruce Willis, Woody Harrelson o Kevin Spacey no estarían de acuerdo, pero en cuanto cae de la cabeza se destruye. Si entras en cualquier casa en España, lo más probable es que haya pelos en el baño, en la cama, en la ropa y, por supuesto, en el cepillo. Tengo que informaros de que en EE.UU. eso no pasa. Llegan los CSI a un escenario del crimen y si tienen suerte encuentran un pelo en el cepillo del que igual hasta pueden sacar el ADN. ¿Acaso tienen en las casas unos pequeños seres que se alimentan de pelos o qué?

5 - No dejan huellas dactilares
Yo estoy hasta el moño de limpiar las huellas que se quedan en la pantalla de mi móvil, en la del ordenador, en los pomos de las puertas, en la vitrocerámica y básicamente en todo lo que tenga una superficie lisa y brillante. Vamos, que si viene el equipo de investigación a mi casa se vuelve loco con el polvo y los papelitos esos de pegar que se usan para sacar huellas. Bueno, pues eso no me pasaría si viviera en EE. UU. o al menos eso es lo que parece cuando ves una de sus películas o de sus series. Ocurre un crimen y después de buscar y rebuscar encuentran una huella parcial en la pata de la cama (en el único sitio donde estoy segura de que en mi casa no la encontrarían). Raro, raro. 

6 - Los zapatos de tacón de aguja son como zapatillas de deporte
Pongámonos en situación. Por un lado tenemos a la policía guapísima de turno y por otro a la futura víctima, que suele ir más tuneada que un coche. ¿Qué tienen en común? Los taconones que llevan. En la víctima es entendible porque suele estar de fiesta, pero ¿una policía con tacones? Eso sólo pasa en América (y digo América y no EE.UU. porque en Chile y en Ecuador las policías van con tacones, aunque parezca mentira). Llega el momento de perseguir al malo o de huir de él y ambas se ponen a correr cual gacelas en la sabana. A ver. Primero. Si te pones a correr con tacones de 15 centímetros lo más probable es que te tuerzas o te partas un tobillo. Pero imaginemos que no, que tus tendones y músculos son tan elásticos como el boomer. En ese caso jamás serás capaz de coger o de huir del tipo malo que va con verdaderas zapatillas de deporte. No way. 



7 - O son perfectos o sufren síndrome de Diógenes. 
Alguien llega sin avisar a mi casa en un día normal y lo más probable es que me pille con la cama sin hacer, la taza y el plato de desayuno (y puede que incluso el de la cena) en la fregadera, algo de ropa tirada en una silla, papeles encima de todas las mesas, alguna pelusa del gato por el suelo, el espejo del baño salpicado, ropa para planchar. Vamos, lo normal cuando trabajas y no tienes a nadie que te limpie la casa. Eso en EE.UU. no pasa. Familia de cuatro o cinco. Papá, mamá y dos o tres hijos. Ambos adultos trabajan, nunca tienen a nadie ni para que cuiden a los niños ni para que limpien la casa, (a no ser que sean multimillonarios) pero aún así la casa siempre está recogidísima y limpísima. Las camas hechas, la cocina impoluta, ni un papel fuera de lugar.. Y la nevera llena. Una casa de la revista El Mueble. ¿Cómo lo hacen? No lo sé, pero que me lo digan. Que me hace falta.

Pero ahora viene el caso contrario. Piso de ciudad, pequeño y viejo, habitado, normalmente por una persona soltera. Entran en la casa y las cajas de pizza se apilan por todos los lados, los platos (¿para comer qué?) se amontonan en el fregadero, la cama desecha pero no como si hubiera dormido alguien, sino más bien como si una piara de cerdos se hubiera revolcado encima, la nevera famélica, manchas en las paredes y en la moqueta. ¿Nos están intentando transmitir algo? ¿Algo así como que si quieres llevar una vida sana, feliz y ordenada tienes que casarte y tener hijos porque si estás soltero (a no ser que seas millonario y tengas un ático de 300 m2 en Manhattan) eres carne de cañón de la inmundicia, la depresión y el crimen? Naaaah. 

8 - Todo es especial
Vas por España por la calle y hay basura en las aceras, en la calzada, en los parques, en las cunetas. Y si te fijas bien son bolsas de patatas Lays, de chicles trident, colillas de Marlboro, hojas secas del árbol o del arbusto de la calle que se acumulan desde hace tiempo (porque aunque tenemos servicio de limpieza no lo dejan muy impoluto que digamos). Somos unos guarros. Sí. Pero no te encuentras nada especial.

En EE.UU. no hay basura en las calles, así que cuando investigan un crimen siempre encuentran una prueba fundamental que no estaba ahí antes del asesinato. Eso lo saben a ciencia cierta porque son limpísimos. Pero no solo eso. En EE.UU. cuando tiran algo al suelo (perdón, cuando se les cae, que ellos no tiran nada) es siempre algo especial. Puede ser un papel de chicle, pero no de cualquier marca, sino de una que sólo se vende en la tienda de la esquina de la 6 con la 48. Puede ser una hoja de arbusto, pero no del parque de al lado, sino de uno extremadamente raro que sólo se encuentra en los Cárpatos o en el jardín botánico. Puede ser un ala de mosca, pero no la mosca cojonera española que te encuentras de norte a sur y de este a oeste. No, es una mosca que sólo vive en un valle del Departamento de Chalatenango de El Salvador. Y menos mal, porque es la prueba definitiva para coger al asesino en serie.  

Hay muchas más cosas que he aprendido viendo series y películas estadounidenses, pero creo que ha llegado el momento de que me dedique a la observación empírica sobre el terreno. Así que lo próximo tiene que ser un viaje al país de las barras y estrellas. Espero que no tenga que esperar demasiado para ello. 

04 junio 2012

Te recuerdo

Te recuerdo cantando la marimorena en Nochebuena, haciendo diariamente los crucigramas del Norte de Castilla, contándome historias de cuando estabas en la mili en el Crucero Canarias, haciéndote huevos fritos con patatas para cenar casi cada noche, descorchando el cava en los cumpleaños y fiestas, transmitiéndome tu sabiduría mediante refranes, afeitándote y poniéndote esa colonia que tanto me gustaba porque olía a ti, contando chistes y haciendo comentarios que no entendía, jugando al chinchón y soltando los reyes porque tú no eras monárquico, recorriendo, arriba y abajo, el largo pasillo de tu casa durante horas cuando llovía tanto que no podías salir a caminar, sopesando las sandías para encontrar la que estuviera en su punto, poniéndote la corbata, porque te abrigaba la garganta y porque siempre tenías que ir como un señor, enseñándome a sumar con las cuentas de la tienda, explicándome cómo se hacían los distintos nudos marineros, repitiendo batallitas de cuando la guerra, escribiendo con tu letra de amanuense poemas que te gustaba conservar, coleccionando postales, llaveros, bolígrafos, invitaciones a bodas y bautizos, transmitiéndome tu pasión por la lectura, pidiéndome que te cambiara de lado en la calle porque niña, ya sabes que éste es mi ojo malo, sonriendo beatíficamente cuando yo hacía el idiota, llevando siempre un peine en el bolsillo, jugando la partida en el Gallo los domingos por la tarde, recorriendo las obras del barrio en busca de trozos de madera con los que hacer tus "muebles", haciendo cola en la calle durante horas para conseguirme entradas para el festival de cine, narrando las penurias que pasaste en tu vida como si hubieran sido grandes aventuras. Han pasado casi ocho años desde que te fuiste y recuerdo todo eso y miles de cosas más. Han pasado casi ocho años desde que te fuiste y aún me cuesta mucho hablar sobre ti. Pero te recuerdo. Aunque me duela, te recuerdo. 

03 junio 2012

Blancanieves y la leyenda del cazador

El viernes fui a ver la archimegapublicitada Blancanieves y la leyenda del cazador y no me he podido resistir a comentarla. Una cosa que me llama la atención es que o en Hollywood se están volviendo a quedar sin ideas o la crisis les ha llegado y tienen que ahorrar en acciones de marketing, porque en menos de un año se han estrenado dos películas (Blancanieves y la leyenda del cazador y Blancanieves (Mirror, Mirror)) y una serie de televisión (Erase una vez) que giran en torno al clásico cuento de los Hermanos Grimm, lo que creo que, incluso para el parámetro hollywoodiense, es excesivo. 

Me imagino que el año que viene le tocará el turno a Cenicienta y al siguiente a la Bella Durmiente, porque los estadounidenses parecen tener una pasión desaforada por todo lo que tenga que ver con reinos, castillos y estética medieval. Será una cuestión de carencia. 

Pero voy a ir al grano: la película. 

Cosas que NO me han gustado.

1.-Duración y ritmo.

La película, en sí, dura 128 minutos o, lo que es lo mismo, un poco más de dos horas, que a mí se me hicieron eternas. Y es que cuando decides hacer una versión de una historia que todo el mundo conoce o la haces con un ritmo adecuado y con algún aspecto novedoso o resulta aburrida. Sí que hay un aspecto novedoso y es que los guionistas decidieron que la típica imagen de Blancanieves como una lánguida muchachita que limpiaba la casa de los enanitos mientras cantaba con los pájaros no casaba muy bien con el tema de la equidad de género y la independencia de las mujeres, así que la convirtieron en una joven muy decidida y luchadora, al estilo de Juana de Arco o Mulan. Todo esto muy bien, muy políticamente correcto, pero aún así no da para 2 horas de película. Lo dicho. Larguísima.

2.-Blancanieves.

Kristen Stewart no tenía expresión en Crepúsculo y sigue sin tenerla en Blancanieves. ¿Qué le pasa a esta chica que le cuesta tanto sonreír y gesticular? No me la creo. En ningún papel, pero en Blancanieves menos. Y lo de que es guapísima, la más bella del reino, pues será cuestión de gustos. Que yo no digo que la chica sea fea, porque no lo es, pero vamos, del montón, no como para que desbanque a Charlize Theron ni de lejos. Y, mucho menos para que tenga a todos los hombres con los que se cruza en la película comiendo de su mano.

3.-Diálogos de besugos.

A ver, la historia es un poco retorcida y bastante más oscura que la versión de Disney, lo que está bien, que ya vale de tanta ñoñería, pero ¿los diálogos? ¿por quién o quiénes fueron escritos?, ¿por los protagonistas de Dos tontos muy tontos? Ni divertidos, ni inteligentes, ni muy informativos, ni impactantes. Vamos, que si hubiera sido una película muda no hubiera perdido ni un ápice de su esencia. El monólogo que se gasta el cazador no tiene desperdicio. Es como si el marido de la Pataki hubiera dicho, vale, acepto poner mi cara bonita y que me den por todos los costados durante una hora y media si me dais mis dos minutos de líneas para que parezca que además de cara tengo cerebro. Pues hijo, si fue así no te salió bien el trato. Porque boca sí, pero lo del cerebro, con ese discurso que te largaste, es más discutible.

4.-Los enanitos.

Para empezar hay 8 enanitos. Sí, sí, 8, 8. ¿Por qué? Ni idea, y además nada de Sabio, Gruñón, Mudito, Dormilón, Tímido, Tontín y Bonachón, se llaman Beith, Quert, Muir, Coll, Duir, Gus, Gort y Nion, que tienen una pinta de ser nombres galeses que no pueden con ella. A eso se le suma que llevan una estética de moteros de la muerte, con crestas, tachuelas y expansiones en las orejas que ríete tú de los trolls. Y una maldad intrínseca que no tiene nombre y que me desmonta toda mi infancia, que le dan una tunda al pobre cazador que ni en el Club de la lucha. Y luego, una cosa que me pareció muy curiosa es que ninguno de los actores es enano (y no será por la falta de actores de baja estatura, porque Warwick Davis diferiría mucho de esa apreciación) y aún más, casi todos son grandísimos actores británicos, cuyo talento está totalmente desaprovechado en la película (Bob Hoskins, Ian McShane, Eddie Marsan o Ray Winstone, entre otros). 

Cosas que me han gustado.

1.-La madrastra.

Charlize Theron está inmensa. Tanto que se come con patatas a la Stewart y a los demás. Dicen los actores y actrices que es más interesante hacer de malo que de bueno. En esta película, claramente lo debió ser, a tenor del resultado. Aunque al final de la cinta, con eso de que tiene que vencer el bien no le dan un cierre como se merece. Vamos, que básicamente desaparece sin saber muy bien cómo. De lo mejorcito, los vestidos que la ponen, es-pec-ta-cu-la-res.




2.-Las localizaciones y los efectos especiales.

La película se grabó, básicamente en el Reino Unido y la verdad es que los lugares elegidos (Bourne Woods y Frensham Ponds en Surrey, Inglaterra, Burnham Beeches en Buckinghamshire, también en Inglaterra y Marloes Sands en Gales) son espectaculares y muy apropiados. El bosque oscuro y el bosque mágico, que supongo están compuestos de efectos especiales, están muy bien conseguidos, al igual que las criaturas que aparecen (como, por ejemplo, el troll o la tortuga musgo), menos un par de saltimbanquis que aparecen por ahí aparentando tener mucha importancia pero que al final no tienen mucho sentido.

3.-La banda sonora.

Dado que no llama mucho la atención ya me va bien, porque esas películas donde la música le roba protagonismo a la historia pues no creo que cumplan su función. Lo mejor para mí es la canción principal (que curiosamente sólo se oye en los títulos de créditos, cuando todo el mundo ya se ha ido de la sala), interpretada por Florence + The Machine. A pesar de que sigue ese tono oscuro de la cinta no pude evitar acordarme de esas bandas sonoras de los ochenta donde usaban sintetizadores para animar una historia medieval. Un poco fuera de lugar. Aunque todo es cuestión de escucharla un par de veces y meterse en situación.




4.-La ambientación.

Cuando pienso en la Edad Media me acuerdo de este pasaje de El Perfume de Patrick Süskind:
En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible para el hombre moderno. La calles apestaban a estiércol, los patios interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y excrementos de rata; las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los aposentos sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios, a sábanas grasientas, a edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales. [...] Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los cuerpos, cuando ya no eran jóvenes a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos. [...] El campesino apestaba como el clérigo; el oficial de artesano, como la esposa del maestro; apestaba la nobleza entera y, sí, incluso el rey apestaba como un animal carnicero y la reina como una cabra vieja [...]
Bueno, pues esta hediondez está perfectamente conseguida. Pelos grasientos, dientes podridos, uñas sucias y rotas, ropa raída y polvorienta, caminos llenos de estiércol... Y no se salva nadie, salvo la mala malosa, que está divina siempre, incluso después de haberse dado un baño en leche de burra o de vaca, o vete a saber de qué (aunque está claro que después de bañarte en leche tiene que quedarte un olor a cuajo asqueroso).  El castillo de la maldad absoluta, oscuro,  húmedo y tenebroso. El castillo de la resistencia todo lo contrario. El bosque oscuro pura putrefacción, el bosque mágico puro frescor. Todo muy claro, para que no queden dudas.

5.-El cazador.

El marido de la Pataki está tremendo en la película, aunque yo me pasé las dos horas deseando quitarle toda la ropa para meterle en un baño de agua caliente y aromatizada. Mucho más atractivo en las escenas de acción, porque Chris Hemsworth es uno de esos tipos que puede que te sorprendan con un montón de ideas inteligentes e hilvanadas (no es el caso de la película) pero por si no es el caso yo prefiero mantener intacta mi fantasía.


El HD,el 3D y todas estas nuevas tecnologías puede que hagan de la película un espectáculo casi circense, pero pese a todo considero que no vale los 7€ de la entrada. Mejor esperar un poco y verla en la pantalla de 32 pulgadas de la tele de tu casa que te sale más económico y no hay tanta diferencia.